DESPLOME A BASE DE GOLES
El Levante golea a una Real ineficaz con el balón y frágil en defensa que acumula dos derrotas consecutivas Eusebio rota, hace cinco cambios, pero su equipo se descompone tras un buen inicio y sigue siendo un coladero
La Real acaba la quinta jornada en sexta posición, la misma en la que terminó el pasado curso, pero con un regusto muy amargo porque vive de rentas y acumula dos derrotas consecutivas muy justas. Anoche en Valencia contra un recién ascendido como el Levante mostró su peor cara, radicalmente ineficaz en ataque, con cero disparos entre los tres palos, y frágil en extremo en defensa, que comienza a ser un coladero como establece el dato de que ya es el segundo equipo más goleado de la categoría, con 10 tantos encajados en estos cinco encuentros. Para “pensar en grande”, como invitaba a hacer Eusebio en la previa, hay que ir superando los objetivos pequeños, como debiera ser ganar a un recién ascendido. Noches como la de ayer suponen un aterrizaje forzoso a la tierra. A la Real le están desplomando a base de goles. Tres el Madrid, otros tres el Levante en cuatro días. Queda rebobinar y volver al inicio.
La derrota de ayer fue simple y justa. El Levante tenía un plan y explotó al máximo sus virtudes y la Real estuvo desafortunada en todas sus facetas en el primer intento de su entrenador de rotar a su plantilla y dosificar esfuerzos. Cuando los txuri urdin disfrutaron en principio de la pelota, adolecieron de una alarmante falta de profundidad y velocidad y, cuando el Levante comenzó a desplegarse, encontró portería con una facilidad difícil de creer, convirtiendo a Rulli en un héroe antes de la goleada. La diferencia de agresividad en las disputas y el mayor cansancio de los realistas hicieron el resto. La derrota, por sangrante, no debe hacer tambalear la confianza de un equipo al que se le caían las victorias al inicio de la temporada, pero sí debe hacer reflexionar sobre si realmente hay plantilla para acometer con garantías las tres competiciones y si hay o no un agujero en
Con 1-0 y en el 72’, Eusebio tiró de Canales y no del fichaje estrella Januzaj
la medular. Ayer faltó Zurutuza y volvió a desplomarse el equipo. Difícil tildarlo de casualidad cuando siempre sucede lo mismo.
Cinco cambios
Eusebio rotó por primera vez, introdujo cinco cambios con respecto al encuentro del pasado domingo ante el Real Madrid, con la gran novedad del debut de Gorosabel, el séptimo ‘potrillo’ al que bautiza el lasecaso.
Desde los primeros minutos, a pesar de que la Real quería ser el protagonista del filme, ya se veía que el Ciutat de Valencia, clásica ratonera de los txuri urdin, iba a ejercer su habitual influjo pernicioso. Qué curioso el hecho de que Mestalla sea como un jardín para los guipuzcoanos y el campo del Levante lo más parecido a un agujero negro.
Con Illarra ejerciendo de Zurutu y Zubeldia de Illarra, los realistas encontraban a Vela por dentro, pero sólo conseguían concretar peligro en jugadas a balón parado muy bien ejecutadas, con esa rosca letal de Illarramendi. En la primera, Llorente cabeceó cerca del larguero y en la segunda el testarazo cruzado y pegado de Aritz Elustondo intimó con el poste, pero salió fuera.
El Levante, con mucha inten-
sidad en la presión al poseedor de la pelota cuando ésta superaba el mediocampo, aprovechaba los constantes errores en la entrega para desplegarse con velocidad. Vivía plácido replegado y explotaba su banda izquierda, con Morales apoyado por el lateral Toño, para agujerear al pipiolo Gorosabel. Antes del descanso y del golazo de Chema, descomunal, un inspirado Rulli tuvo que intervenir con acierto en cinco ocasiones para detener las embestidas levantinistas. Especialmente feliz fue un vuelo para despejar con la manopla izquierda el esférico rebotado en el cuerpo de Jason.
Vaya ‘txitxarro’ de Chema
El ‘txitxarro’ de Chema fue el desenlace lógico del viraje que experimentó el partido en el último tramo de la primera parte. El Levante, que ya no sufría, decidió dar un paso al frente. Ivi, que había sustituido al lesionado Jason, estaba liderando la ofensiva, pero el que anotó fue un central. Chema conectó un zurdazo a gran altura desde la frontal para limpiar el ángulo izquierdo de la portería de Rulli. La había perdido Juanmi. Había centrado Morales, pero todo el mérito lo tuvo el defensor de Albacete.
Los realistas confiaban que con el intermedio cambiaran las tornas, volviera el verano y aparecieran los cracks. Pero Willian ni siquiera comprobó el tacto del balón, Juanmi demostró su mediocridad lejos del área e Illarra, incomprensiblemente fuera de sitio, rozaba la desesperación con pérdidas y esfuerzos enormes para bajar a defender.
Pero el partido sólo confirmó tendencias. Se enloqueció un poco más, se rompían líneas con mayor facilidad, pero el que llegaba de verdad era el Levante. Campaña pifió ante Rulli antes de una inocua sucesión de acercamientos realistas, resueltos con un tiro a Castellón de Juan- mi, una patada al aire con la zurda de Illarra y un chut de Zubeldia envenenado por un rival que despejó Raúl cuando iba fuera.
En el momento decisivo, con todo abierto, 1-0 y 20 minutos por jugarse, Eusebio sacó a Canales por Aritz dejando en el banquillo al fichaje estrella, Januzaj. O equivocó el cambio o el equivocado es el fichaje.
El Levante aprovechó el caos realista para sentenciar tras un penalti infantil de Odriozola a Morales que convirtió el mismo jugador y un golazo de falta de Bardhi en una falta cometida por Llorente que le costó la roja. No juega el domingo ante el Valencia, que llega con días de descanso y sólo está Aritz. Llega el otoño. A ver si dora la piel realista
Los buenos no aparecen y la roja a Diego Llorente complica el envite del domingo