Un gol que ya está en el cielo
Aritz Elustondo por fin pudo dedicarle un tanto a su aita Serafín, fallecido el pasado mes de diciembre
Escondido entre la maraña de compañeros que acudió a felicitarle, Aritz Elustondo por fin pudo dedicarle un gol a su aita Serafín, fallecido, demasiado pronto, a la edad de 60 años a finales de 2016. Hacía más de 20 meses que el central de Beasain no veía puerta en un partido de Primera, un largo tiempo en el que a sus 23 años ha tenido que asimilar muchas cosas. La peor, sin duda, la pérdida de su mayor seguidor que, en el cielo, ya tiene a su lado el primer balón en forma de gol que le ha podido dedicar su hijo.
Batir al meta rival no es el principal cometido de un Elustondo que, en cualquier caso, pronto demostró que en las jugadas a balón parado va de verdad. En su quinto partido con el primer equipo, el 31 de enero de 2015 en el Bernabéu, el defensa abrió el marcador con un fenomenal testarazo que, hasta el domingo, sólo habíamos vuelto a ver en Vallecas, también hace dos temporadas. Su campaña de debut no sólo fue magnífica por esas dos sino porque jugó 38 partidos entre Liga y Copa, casi todos como titular.
La pasada temporada, sin embargo, la irrupción de Raúl Navas le fue dejando en un segundo plano y, a raíz de la enfermedad y posterior fallecimiento de su aita, en diciembre de 2016, el propio Elustondo reconoció que sufrió mucho, lo que le afectó a su rendimiento en los entrenamientos y sobre el terreno de juego. Eusebio, que había sido su gran valedor desde que llegó, apenas le concedió 12 partidos -la mitad como titudianas lar- y su estrella parecía apagarse.
Aritz, sin embargo, ha resurgido con fuerza en la actual campaña y, por ahora, es el único central que está respondiendo con solvencia a las necesidades del equipo, el único que no ha caído lesionado. Ha disputado como titular los siete partidos oficiales de la campaña (6 de Liga y 1 de Europa League) y únicamente fue sustituido el jueves, en el Ciutat de Valencia, con el marcador en contra en busca
El beasaindarra sufrió mucho tras la muerte de su aita y se le notó en el campo
Si inicio actual es impecable: es el segundo jugador de campo más utilizado
del empate. Es, después de Illarramendi, el jugador de campo más utilizado por Eusebio Sacristán.
El premio a todo ello, aunque no fuera completo porque “jode no ganar cuando marcas”, lo obtuvo frente al Valencia en forma de gol. Entró como un huracán y cabeceó a la red desatado, tanto o más como celebró el gol con los dos índices apuntando al cielo buscando a Serafín que seguró que lo celebró desgañitándose. Como su hijo