Apagón en Ipurua
El Eibar está firmando el peor inicio de Liga desde que ascendió a Primera División
El desencadenante más rotundo de la abultada derrota contra el Celta es que el Eibar ha protagonizado el peor inicio liguero desde que está en Primera División. Sólo las victorias por la mínima ante Málaga y Leganés alivian la situación del equipo que, no en vano, merece meditación a las puertas de la segunda interrupción que sufrirá la semana que viene el campeonato.
Seis puntos de 18 son pocos y los 14 goles encajados pesan como una losa. Es muy escasa asimismo la renta de un tanto marcado en tres partidos en Ipurua. Lo anotó Gálvez para ganar al Leganés. Los números cantan y los nubarrones se levantan, cerniéndose sobre Ipurua como una amenaza. Las primeras jornadas están dando la razón a la cúpula técnica. El director deportivo, Fran Garagarza, ya advirtió de que este año costará más que los anteriores huir del furgón trasero.
Garagarza analizó la cuestión con detalle, como queriendo lan- un mensaje para que la gente se abroche los cinturones. Dejando claro que salvarse no será tan fácil como en el pasado reciente, redundó en la idea de que los ascendidos -Girona, Getafe y Levantehan elevado el nivel de la categoría con respecto a la temporada anterior. También deslizó el de Mutriku que el resto de presuntos competidores por la permanencia han crecido en sus valores cualita- tivos. Peligro.
Un nuevo escenario
No ha hecho falta esperar demasiado para patentizar la carestía vigente de la salvación. A punto de llegar al primer punto de inflexión, el contexto es un augurio: el Eibar es decimosexto, sólo dos puntos y dos puestos por encima del descenso. Nada que tenga que coger por sorpresa al conjunto arzar mero.
Sólo Alavés (1) y Girona (3) han materializado los mismos o menos goles que el Eibar (3). Además, Málaga (14) y Deportivo (15) son los dos únicos que residen por debajo de los armeros (14) en el ranking de tantos recibidos. Traducido al idioma del fútbol, el cuadro de Mendilibar no atina en ninguna de las dos áreas. Un problema capital a nada que no se resuelva.
La preocupación en el club es relativa porque el segundo mes de Liga, septiembre, ni siquiera ha terminado. Las hojas acaban de empezar a caerse de los árboles y hay margen para que la plantilla reflorezca. Sí inquieta en las oficinas de Ipurua que en los últimos dos años el equipo no esté acostumbrado a las urgencias. Se abre un nuevo escenario