San Petersburgo, más que un partido
Los aficionados realistas que presenciaron el encuentro contra el Zenit aprovecharon para visitar la ciudad
Los aficionados realistas que se desplazaron a San Petersburgo a presenciar el encuentro de los txuri urdin contra el Zenit no vieron el mejor de los partidos de los de Eusebio Sacristán pero, después de recorrer tantos kilómetros, el resultado no les privó de vivir experiencias más allá del fútbol .
MD pudo hablar con tres de los aficionados que viajaron a San Petersburgo para conocer de primera mano su aventura en tierras rusas.
“Nosotros nos quedamos hasta el domingo”, comentó Jonathan Chanca que añadió que “la experiencia está siendo muy buena. La ciudad es una pasada”.
Josetxo, miembro de la peña Goazen Erreala, afirmó que “la experiencia está siendo bastante buena y menos el partido, todo lo demás está yendo muy bien”.
Para Jonathan “el partido tenía su importancia pero era la excusa para hacer turismo por San Petersburgo”. Prosiguió diciendo que “teníamos bastante temor al venir aquí de no saber cómo iba a ser a nivel de seguridad. No sabíamos si íbamos a estar muy acobardados en el campo y por la ciudad por las camisetas y bufandas”, pero “tanto en el campo como por la ciudad nos han tratado de maravilla”.
Josetxo declaró que “llegamos el miércoles al mediodía a la ciudad, fuimos al hotel, dejamos las maletas y nos cogimos el autobús turístico para conocer un poco San Petersburgo”.
Cuando llegó la noche “nos fuimos un poco de fiesta pero no había mucho ambiente por ahí, eran muy secos los rusos y la música casi ni se escuchaba”, dijo entre risas.
Jonathan viajó con el grupo de Halcón Viajes “que teníamos una excursión por la mañana y coincidía con esa quedada que era a las 12 horas en una calle céntrica”.
Josetxo sí que estuvo. “Nos mandaron un mensaje que a las 12 horas habían quedado en un bar que se celebraba el Oktoberfest y ahí estaban Aperribay, Ubarrechena y Nekane además de otros seguidores. Estuvimos un rato con ellos, luego se fueron a comer y nosotros nos quedamos ahí”, comentó, a lo que Jonathan añadió en tono de broma “tengo entendido que el presidente invitó y que se portó muy bien”.
El miembro de la peña Goazen Erreala subrayó que “los rusos nos sacaban fotos todo el rato porque les rompíamos el silencio”. Además, “a las 18 horas había otra concentración cerca del estadio pero no aconsejaban ir y nos mandaron al estadio viejo del Zenit. Estuvimos andando como dos horas y media parando cada cuarto de hora para avituallarnos con un poco de vodka y cerveza”, comentó entre risas. Respecto al estadio, dijo que “era acojonante por lo grande que es, por cómo animaban los rusos y por cómo se oía”.
Jonathan, por su parte, “ya me lo traía un poco estudiado porque era parte del interés que tenía en este viaje. Yo soy arquitecto y me interesaba mucho el tema. Es un estadio que creo que impresiona más por fuera que por dentro. Tiene capacidad para 60.000 espectadores y por dentro se ve como más recogido que lo que aparenta por fuera con la pedazo cubierta, todos los accesos que tiene, pero es impresionante. Al irnos estaba iluminado y fue una pasada”, dijo al respecto.
La otra cara de la moneda
Josean Arsuaga fue la otra cara de la moneda: “No llegamos al partido porque perdimos el avión de conexión de Bilbao-Munich”.
Ampliando la información, comentó que “teníamos cogido un vuelo que salía a las 8 h. de Bilbao, llegaba a Munich a las 10 h. y a las 12 h. salíamos de Munich a San Petersburgo. Una avería en el avión de salida de Bilbao hizo que el avión de las 8 h. saliera a las 10.30 h. llegando a la 13 y pico a Munich. Perdimos por una hora ese vuelo y la compañía aérea nos ofreció un vuelo de Munich a Frankfurt y de Frankfurt a San Petersburgo”.
Por ello, “vimos desde la cafetería del aeropuerto de Frankfurt el partido. Llegamos a San Petersburgo 10 aficionados a la 1 de la madrugada”, finalizó
“Vimos el partido desde la cafetería del aeropuerto”, dice Josean Arsuaga