El peligroso inmovilismo
El fútbol es evolución constante y Eusebio ahora necesita encontrar variantes a una propuesta a la que le han encontrado el antídoto
Asier Garitano, entrenador del Leganés, fue el invitado el lunes en el programa ‘El Club’ de beIN, presentado por Axel Torres. Un espacio alejado de la demagogia y el circo que, en demasiadas ocasiones, rodean a cualquier programa futbolístico de TV y que, por tanto, permite conocer un poco mejor -decir en profundidad sería excesivo- el ideario futbolístico de los diferentes técnicos que se van sentando en el diván, frente a los Valdano, Segurola y compañía.
El fútbol, sabido es, no acepta términos medios y es ahí quizás donde radica la pasión que transmite. No es extraño, por tanto, que hace menos de tres semanas, hubiera quien pensara que la Real podía soñar con mantener el liderato unas cuantas semanas y que hoy, sumido en la depresión que provocan cuatro derrotas consecutivas, tema por mantener la categoría. El blanco y negro en el que se mueve siempre este juego, la etiquetación de los entrenadores en esta o aquella corriente, es casi congénita al deporte. Garitano se negó a aceptar ese maniqueísmo y defendió con vehemencia el eclecticismo, una ambiciosa aspiración de que los equipos que él entrene dominen todos los registros y estilos del juego, no ya en diferentes temporadas, sino en un mismo partido.
El entrenador bergaratarra, ante el asombro de los presentes, declaró su objetivo de que el Leganés, ahora, o cualquiera que sea la escuadra que dirija, sea capaz de desarrollar con igual eficacia en un mismo partido, porque así ha sido capaz de enseñárselo él, según cuál sea la necesidad, una presión en bloque alto o bajo, un repliegue intensivo o medio, un fútbol de ataques rápidos por medio de transiciones o un juego directo, saltándose líneas; un fútbol combinatorio o de asociación o uno más rápido de juego por bandas y centro. Garitano dijo que le gustaría que su aspiración final fuera que sus equipos, en un mismo partido, sean el de Simeone oelde Guardiola,elde Berizzo oelde Mendilibar ,elde Setién oelde Valverde ,elde Emery o el de Marcelino. Porque a él, sin querer aferrarse a ninguna etiqueta de antemano, le gustan por igual las propuestas de Atlético o Barça, Eibar o Betis, Las Palmas o Sevilla.
Pese a ser guipuzcoano, deliberadamente o no, Garitano no mencionó ni a la Real ni a Eusebio .Ynoesde extrañar ya que el conjunto txuri urdin y su entrenador, en la actualidad, parecen encarnar todo lo contrario. La Real parece atascada en un peligroso inmovilismo futbolístico que le ha llevado a perder los cuatro últimos partidos, con el agravante de que en el último, en el de la Europa League, la imagen que ofreció de incapacidad, de impotencia, de situarse en un escalón tan inferior de dureza y competitividad respecto al adversario fue tan decepcionante que ha golpeado seriamente al proyecto.
Mañana llega el Betis a Anoeta, otro equipo que ha evolucionado de ser un desastre, la pasada temporada, a ganar en el Bernabéu y arrollar el lunes al Levante que goleó a la Real. No hay quien no esté seguro de que detrás de esa mejoría está la mano de su entrenador, Setién .De igual manera que lo estuvo la de Eusebio en la de la Real la pasada temporada con una fórmula que, en la actual, empieza a no ser eficaz ya que los adversarios le han encontrado el antídoto.
Llegados a este punto, al entrenador no le puede servir el único argumento de que este es nuestro estilo y con él vamos a ir hasta el final. O intenta encontrar variantes o lo que se presumía una temporada tan ilusionante puede torcerse seriamente