Decision de riesgo
LA DECISIÓN DE JUGAR O SUSPENDER
el partido no era fácil. Hubo presiones de todos los lados. El Barça no quería, pero sobre la mesa habían diferentes posturas. El vestuario presionó para jugar. Desde el Govern y las asociaciones Omnium y ANC, en cambio, se requería la suspensión. El Barça pidió un informe a la Junta de Seguridad. Era necesario un documento. Pero Mossos no lo enviaron, ya que aseguraron al árbitro, al Las Palmas y al Barça que había garantías para jugarlo. La Liga esperaba también un informe de seguridad para suspenderlo. No llegó. Tampoco de la Policía ni de la Guardia Civil. El Barça quería suspender el partido pero lo dejaron solo. Los jugadores hubieran estado de acuerdo si hubiera llegado el permiso. Con la posibilidad de una sanción de seis puntos por incomparecencia y lo que pudiera caer posteriormente el vestuario no quería arriesgarse. Y quería jugar con público.
LA DECISIÓN FINAL FUE JUGAR
a puerta cerrada y publicar un comunicado con la posición del club condenando las acciones violentas de la mañana en Catalunya. Era la forma de que se visualizara en el mundo la condena preservando el apoyo del club a la mayoría de la población catalana y que también se preservaran los intereses deportivos que defendían los jugadores. No fue una decisión popular, ni populista, ni socialmente mayoritaria en Catalunya. Se tomó pensando solo en el Barça y con mucho riesgo.
NO GUSTÓ A MUCHA GENTE
que ayer se fue a dormir dolorida después de la desmedida violencia policial ante personas pacíficas que querían votar y orgullosas de haber salido a la calle a defender sus derechos. Por todos los bandos se buscarán argumentos, pero ayer quedó claro que hay una puerta cerrada al diálogo y al entendimiento. El Barça está en medio y hoy es muy difícil mantener una postura ecuánime cuando lo que se impone es la desmesura