ZUBIETA EN EL PUNTO DE MIRA
El gran debut de Odriozola con España le devuelve a la órbita de Barça y Real Madrid La Real volverá a enfrentarse en enero y en verano al reto de retener a sus grandes talentos
Acaba de cerrar la Real un verano de lo más convulso, en el que retuvo por los pelos a un Iñigo Martínez que llegó a tener un pie en el Barcelona. Finalmente la cláusula de rescisión de 32 millones que figura en el contrato del ondarrutarra ejerció de dique de contención y el club catalán se echó atrás en el último momento.
Sólo nos encontramos en el mes de octubre y apenas ha transcurrido un mes de competición, pero la dimensión que están alcanzando algunos de los canteranos de la Real, unida al seguimiento que vienen realizando algunos de los grandes clubs a varios de ellos, vaticina mercados movidos para la Real durante los próximos meses, tanto en invierno como en verano, aunque huelga decir que es en verano cuando los ‘tiburones’ acechan con más fuerza.
El debut de Odriozola
El último jugador que se ha puesto en el escaparate ha sido Álvaro Odriozola. El lateral donostiarra tuvo un gran debut con la selección española y la repercusión que adquirió su estreno implica que se haya reactivado el interés de algunos de los grandes. El Madrid ya mostró interés en ficharle cuando se fue Danilo y los medios capitalinos ya contaban ayer que dicho cortejo sigue vigente y que su posible fichaje se podría acometer durante el próximo verano.
El Barcelona, tal y como informó en su día este periódico, sigue al joven lateral de Donostia desde la pasada campaña y, obviamente, en Can Barça no dejan de acumular informes positivos sobre su rendimiento. Los directivos blaugrana, además, también están al tanto de las evoluciones de Mikel Oyarzabal. Y de cara al próximo verano parecen decididos a acometer fichajes de la Liga, puesto que los jugadores que actúan en España tienen un precio fijado por su cláusula de rescisión. Así, los culé evitarían situaciones como la que se dio con Coutinho el pasado verano.
En el caso de Oyarzabal, su cláusula es de 50 millones de euros. Serían 60 en el caso del Athletic, que puso toda la carne en el asador para llevárselo en verano de 2016. Odriozola, por su parte, tiene un
precio fijado de 40 millones de euros.
Illarramendi e Iñigo Martínez
Más allá de Odriozola y Oyarzabal, que han generado un gran impacto desde su irrupción en la Real, se puede considerar que Illarramendi e Iñigo Martínez, por sus condiciones, son futbolistas aptos para jugar en equipos grandes. El City y el Inter de Milán ya tentaron al central antes de que el Barça estuviera tan cerca de contratarle y en Anoeta son conscientes de que el próximo verano puede ser otro de los grandes europeos el que venga a por él.
El zaguero ya ha confesado en alguna ocasión que, pese a que está feliz en la Real, no le hace ascos a progresar en su carrera para buscar retos mayores. Su cláusula es de 32 millones. Este verano se reveló suficiente ya que, a la hora de la verdad, nadie se lanzó a pagarla. Pero en 2019 ésta bajará a los 26 millones. Entonces todavía tendrá 28 años y será una pieza más que apetecible a un precio que para los equipos más importantes de Europa es prácticamente una ganga.
También resulta asequible para los transatlánticos la cláusula de rescisión de Asier Illarramendi. El de Mutriku ya fue contratado en su día por el Real Madrid por 38 millones, pero su nivel a día de hoy es muy superior al de entonces y le puede convertir en una pieza codiciada para cualquier club de Europa. El hecho de que ya haya probado al más alto nivel puede ser una baza a favor de su continuidad en la Real.
Dos fugas desde el ascenso
Desde el ascenso, la Real ha logrado retener a todos los talentos que han salido de su factoría salvo a dos: el propio Asier Illarramendi y Antoine Griezmann. En ambos casos, el conjunto txuri urdin exigió el pago de la cantidad estipulada en la cláusula de rescisión y ambos dejaron el máximo dinero que podían dejar.
El club se expone ahora al reto de que el del francés siga siendo el último caso de fuga de talento, aunque las cantidades que están pagando los grandes europeos y las reticencias de los futbolistas a ponerse cláusulas demasiado elevadas complican esa empresa