El escaparate perjudica
Contar con un elevado número de futbolistas internacionales supone, sin duda, contar con un equipo de elevado potencial. Esto, que es habitual en los más grandes equipos del concierto futbolístico, supone un inconveniente para equipos como la Real, que se asoman a estas tesituras de cuando en cuando. Es el caso actual, en el que tras la fulgurante irrupción de Alvaro
Odriozola, la selección española ha vuelto a citar a dos txuri urdin por primera vez en más de una década, que tranquilamente podrían ser tres si Iñigo Martínez estuviera sano. Si a esto unimos los nombres de Oyarzabal y Zubeldia, con la Sub-21, el de
Carlos Vela, con México, o el de Rulli, candidato a jugar el Mundial con Argentina, contamos con un elenco interesante de futbolistas de la Real en el escaparate. Y no deja de ser un problema. Al fin y al cabo, hablamos de jugadores internaciones, cuyo paso por la selección eleva su cotización y, por tanto, complica a la Real su deseo de retenerlos a largo plazo. El episodio vivido con
Illarramendi en el Europeo Sub-21 de Israel hace cuatro años, que derivó en su fichaje por el Real Madrid, es conocido por todos y, por tanto, puestas en escena como la de Odriozola el viernes frente a Albania no contentan por igual a todos los realzales. Si su primera renovación con la Real ya fue costosa, no sería de extrañar que su futuro plantee más problemas a corto plazo si mantiene esta capacidad de llamar la atención. La Real vive tranquila ya que, al fin y al cabo, su libertad cuesta 40 millones, que son muchos para un lateral, teniendo a Zaldua, además, en la recámara. Pero mucho más tranquila estaría si, como hizo ayer Celades con Zubeldia , lo devolvieran para casa. Cuanto menos les vean, mejor