Gana, pero no enamora
El Real Unión liquida al Caudal con goles de Juan Domínguez y Orbegozo en otro pobre partido
Los resultados en el fútbol lo son todo y mientras estos sonrían poco hay que reprochar a quien semana tras semana habita en la zona noble de la clasificación. El Real Unión volvió a sumar ayer tres nuevos puntos tras doblegar a un pobre Caudal de Mieres pero otra vez el equipo de Asier Santana volvió a ganar exhibiendo un fútbol muy pobre, excesivamente lento y previsible. Pero como gana...
El técnico de Idiazabal volvió a apostar ayer por la dupla GalánOrbegozo, pero aunque arriba acumula talento y gol, es imposible que ambos luzcan si no disponen de opciones de remate. Otra vez el Real Unión volvió a tener esa falsa sensación de dominio. Tiene el balón, lo mueve, pero la posesión resulta tan estéril que el rival se siente cómodo. El problema del Caudal, como ya le ha sucedido a algún otro equipo, es que esa sensación de comodidad le lleva a acomodarse en exceso por lo que el Real Unión tampoco sufre y al final los irundarras casi siempre terminan golpeando.
El primer aviso llegó a los 20 minutos con un remate de Jorge Galán a centro del El Haddadi que no encontró portería. Cerca de la media hora fue Orbegozo quien lo intentó con idéntica fortuna. Demasiado poco para un equipo que juega en casa y que aspira a codearse en la elite.
El Caudal se fue desperezando y el ex unionista Thaylor Lubanzadio dio el primer susto, aunque quien golpeó de verdad fue el Real Unión por medio de Juan Domínguez. El donostiarra agarró el balón y desde más de 20 metros soltó un potente disparo que superó por alto a un adelantado Rabanillo. Golazo antes del descanso. De los que hacen daño.
En la reanudación se mantuvo la tónica, con un Real Unión jugando con un ritmo cansino y un Caudal que, pese al resultado, no se decidía a dar un paso adelante para buscar el empate. Al poco público que acudió ayer al Stadium Gal no le gustaba lo que estaba viendo, pero al menos el resultado acompañaba. Triste consuelo por otra parte.
Del empate al 2-0
Sin embargo, y tras llevarse otro susto Otaño por medir mal un bote, todo pudo irse al traste a poco más de un cuarto de hora de la conclusión tras un gran lanzamiento de Thaylor que escupió el larguero para alivio de la parroquia unionista.
Y de lo que pudo ser el empate se pasó casi a renglón seguido a la puntilla con el gol de Mikel Orbegozo que protestaron los visitantes sin que el colegiado les hiciera caso.
Ese tanto aplacó el tímido intento de rebelión de los asturianos que se resignaron a su suerte para que el partido fuera consumiendo los minutos con una lentitud desesperante porque este Real Unión, aunque va ganando sus partidos, no enamora