Los viejos recursos
El Alavés suplió a Zubeldía (36 años) por De Biasi (61) pero es aún más decepcionante la falta de originalidad del Bayern al optar por Heynckes (72)
Aunque no han transcurrido ni dos meses desde que arrancara la temporada, el Alavés tendrá hoy en su banquillo en el partido contra la Real a su segundo entrenador del ejercicio. Gianni De Biasi ,a sus 61 años, dirige por segunda vez en la liga española tras un efímero paso por el Levante hace una década. Su carrera se ha desarrollado casi en exclusiva en Italia y su última actividad profesional era entrenar a la selección de Albania.
Resultan verdaderamente desconcertantes, en demasiadas ocasiones, los criterios que siguen los clubs a la hora de elegir a sus entrenadores. Parece, con una frecuencia muy poco recomendable, que los dirigentes se mueven como veletas, al albur del viento que sopla, sin atender a cuestiones que deberían ser elementales en la toma de decisiones como el perfil de la plantilla, la idea de juego, la metodología, el estilo... El primero que debería ponerse a esa cola es Aperribay que, si bien ahora puede estar satisfecho de haber regresado a una idea más acorde a la fisonomía del club, tuvo su fase delirante al contratar a David Moyes.
La casuística nada tiene que ver pero, viendo al Alavés, uno se pregunta qué tienen en común Luis Zubeldía y Gianni de Biasi como para que, en el breve plazo de tres o cuatro meses, sean elegidos para desempeñar la misma tarea. El Alavés tuvo todo el verano para construir una idea, un proyecto. No era una tarea sencilla porque respecto a la pasada temporada perdió, entre otros, a media docena de jugadores básicos (Theo, Feddal, Llorente, Camarasa, Femenía o Deyverson), lo que le llevó a realizar 14 fichajes. Es de suponer que, además, cuando contrataron al nuevo entrenador, de sólo 36 años, lo hacían con una idea pero, ante todo, pensando en un medio plazo, no en vano el listón lo había dejado Pellegrino muy alto y había que construir todo desde cero otra vez. Cuatro derrotas en los primeros cuatro partidos fueron todo el medio plazo que le dieron al argentino para encomendarse, después, a una idea, aparentemente antagónica: un técnico de 61 años con el vigor y el carácter como viejo recurso del negocio.
Claro que Josean Kerejeta, sobre quien reposa la gestión del Alavés y que, en este caso, parece haber recurrido a los agresivos métodos del baloncesto que tan bien domina, se ha debido de sentir respaldado esta semana al ver que el Bayern ha recurrido a Jupp Heynckes (72 años) para suplir a Ancelotti. Otra decisión absolutamente sorprendente.Si no es para contentar a los futbolistas, cuyo poder a estas alturas en gran parte de los grandes clubs está fuera de toda discusión, resulta desolador que un gigante como el club bávaro, con la gama infinita de recursos de los que dispone y en su condición de club a la vanguardia del fútbol mundial, se decante por una solución tan poco original. Porque, sinceramente, cuesta creer que Jupp pueda tener un aporte metodológico o táctico, más allá de satisfacer el ego de las estrellas muniquesas.
En medio de esta decepcionante falta de originalidad, ha sorprendido gratamente la gestión del banquillo que ha hecho Las Palmas. Primero por la honestidad mostrada por su primer inquilino, Manuel Márquez, que lo abandonó al no llenarle el cargo. Y segundo, al optar por salirse del carril convencional para sustituirle, eligiendo a Pako Ayestarán (Beasain, 1963) un técnico diferente por metódico y profesional, con una idea y una metodología concreta. El guipuzcoano no ha tenido suerte por ahora en la liga española y, pese a que él tenía la sensación de que ya le habían puesto la cruz, ha comprobado que aún hay dirigentes que ven más allá de un nombre y que tratan de buscar en el mercado lo que más se ajusta a la idea que tienen de su club. Que tenga suerte