Explosión blanca y azul
Los seguidores de la Real y del Alavés convivieron en perfecta armonía txuri urdin durante el día en Gasteiz
Espectacular día en Gazteiz, con cerca de 25 grados y un sol radiante que animaba a pasear y refrescar el organismo por las calles de la capital alavesa. Los prolegómenos del encuentro de Mendizorroza resultaron una explosión de un doble color, el azul y el blanco, que inundaron las avenidas y los rincones gasteiztarras. Aficiones separadas por sus sentimientos, pero unidas y en perfecta armonía txuri urdin. Esencia del fútbol.
Fueron 400 las localidades (de 25 euros) que había remitido el Alavés a la Real, repartidas entre socios, peñas, patrocinadores y compromisos del club, pero hubo muchos más ‘realzales’ en la ciudad y en el campo, probablemente más cerca de mil que de 500. Muchos adquirieron su localidad a través de la página web del Alavés (a 50 euros la tribuna) y otros en la taquilla, mediante amigos y conocidos.
Ya desde media mañana comenzaron a llegar los aficionados realistas al centro y el Casco Viejo de Gasteiz. Obligadas las fotos en el rótulo de grandes dimensiones con las letras de Vitoria Gasteiz ubicado en la Virgen Blanca. Allí se dejó ver el eterno Patxi Iraizoz, que este año llegará a los 300 viajes con la Real a sus 74 años. Muchos seguidores del Alavés quisieron posar junto a él. Las fotos de grupos y hasta familias con componentes de las dos aficiones fueron una constante. Los más sedientos fueron a beberse su pasión a la Ca- lle San Francisco, que es la cuesta que lleva hasta la Cuchillería, atestada de seguidores de ambos equipos. Ahí se escuchaban cánticos propios de cada lugar.
Los que no saben disfrutar
Hubo incidentes y heridos, pero en una trifulca que poco tuvo que ver con el partido y hasta con el de- porte. Con motivo del partido en- tre el Vitoria, filial del Eibar, y el Racing, seguidores del equipo cántabro y del Alavés quedaron en la rotonda de Olarizu.
El reparto de golpes y la lluvia de botellas y sillas trajo como consecuencia algunos heridos y detenidos. Nada que ver con la fiesta del Casco Viejo