Vela merece un respeto

Carlos Vela viajó el pasado domingo a Gasteiz para ser el descartado por Eusebio, que había desplazado a 19 futbolistas. Había llegado un par de días antes de estar con la selección y podía tener una justificación. En Macedonia, ni siquiera calentó. Menos comprensible. El que ha sido el extranjero más destacado de la Real en los últimos seis años y uno de los mejores foráneos de la historia del club ha participado sólo en siete de los 11 partidos oficiales, únicamente dos de ellos como titular. Para este viaje no hacían falta estas alforjas. Es cierto que la operación económica que proporcionará la salida del mexicano de la Real es buena pero da la sensación, en ocasiones, de que existe una especie de protección al futbolista para que no sufra daños y se pueda entregar en perfecto estado de revista a Los Angeles Football Club. De lo contrario, no se entiende que participe tan poco un jugador al que habría que sacar otro provecho en los pocos meses que quedan para que se vaya. Su aporte en estas seis temporadas y media y su categoría merecen otro trato. Es verdad que, aún con la fase crítica de cinco partidos seguidos sin ganar, el balance deportivo es notable hasta ahora y por ahí se podría justificar la reducida utilización del mexicano, pero no se trata exclusivamente de eso. Vela, para empezar, merecería una oportunidad porque salvo Oyarzabal y Willian, ninguno del resto de los jugadores que se alinean en el tridente ofensivo está demostrando en la actualidad unas prestaciones como para considerarle indiscutible. Pero, además, es importante que en las pocas semanas que le quedan entre nosotros, la Real sepa estar a la altura de un jugador de un nivel que costará volver a ver con asiduidad