ANOETA TAMBIÉN QUIERE FIESTA
La Real quiere volver a ganar en casa 59 días después de haberlo hecho por última vez frente al Villarreal Eusebio recupera a Juanmi y Odriozola e Iñigo Martínez podría debutar esta temporada en el estadio
Han pasado 59 días desde la última vez que la Real ganó en Anoeta. Se dice rápido. Y más cuando hablamos de un equipo que, cuando hace la maleta de viaje introduce en la misma una facilidad para vencer desconocida en la historia del club. Son ya 18 los partidos de los que este equipo ha regresado con el triunfo a buen recaudo desde que Eusebio es entrenador, los mismos que perdió, casi la mitad (42%) de los que ha dirigido. Algunos, como los del jueves en Macedonia, con un componente festivo, por la goleada, que Anoeta también quiere disfrutar. Dos meses después de derrotar al Villarreal en el primer partido del curso en casa, la Real quiere volver a ganar ante su gente para proseguir su marcha triunfal tras el último parón y consolidarse en el tercio europeo de la clasificación.
Como viene siendo habitual ya con esta Real de Eusebio, desde el alegrón en la noche redonda en la que Xabi Prieto cumplió 500 partidos, los txuri urdin han ganado en A Coruña, en Gasteiz o en Skopje. Pero en el tiempo en el que el capitán ha alcanzado ya los 509 partidos, el estadio de Amara ha visto en Liga como el Valencia se llevaba los tres puntos o como el Betis amarraba uno que, eso sí, fue un mal menor. Con esta Real tan despendolada a domicilio es demasiado atrevido afirmar tajantemente que los éxitos de una campaña se cimentan en los resultados como local pero sería excesivo que el Espanyol no se marche esta noche desplumado de su visita a un estadio que tan bien se le da (tres victorias y tres empates) en las últimas nueve campañas.
Sólo falta Zurutuza
Eusebio dispondrá para atacar la victoria de un escuadrón muy cercano al ideal. Como era de esperar, el entrenador recuperó a Juanmi y Odriozola, que no viajaron a Macedonia tras sus sendos golpetazos en Mendizorroza, y, además, ahora sí, parece que Iñigo Martínez debutará como titular esta temporada en Anoeta. El central vizcaíno viajó a Skopje para quedarse en la grada pero ahora parece que no hay motivos para retrasar su vuelta al equipo. Después de un verano ajetreado, con diversas lesiones y el interés del Barça en ficharle, la aportación de Martínez por ahora se reduce a los 66 minutos que jugó en Riazor y hoy por fin parece que será de la partida.
De esta manera, sólo Zurutuza faltaría entre los integrantes del presunto ‘once’ ideal de la Real, toda vez que Eusebio decidió prescindir deliberadamente de Raúl Navas, único descartado por decisión técnica junto a Bautista. El andaluz aún arrastra molestias lumbares lo que, unido al gran momento de Aritz Elustondo y Diego Llorente, está provocando que el sevilano se esté quedando atrás. El beasaindarra sería el principal candidato a formar en el eje con Iñigo, junto a un Kevin Rodrigues que regresará al lateral izquierdo como en todos los partidos de Liga en casa hasta la fecha.
Las cosas parecen más claras de medio campo hacia adelante. La solvente puesta en escena de Zubeldia le debería ratificar junto a Illarra y Xabi Prieto en la medular, mientras que arriba, Canales, Juanmi, Januzaj y Vela optarán a acompañar a Oyarzabal y Willian José, los dos hombres más en forma de la Real en los últimos partidos, con más opciones para el belga.
El Espanyol no gana fuera
Eusebio aguarda con cierta prudencia el partido de esta noche ya que prevé un adversario sólido, con oficio y que conceda pocos espacios, y con velocidad para salir a la contra con gente como Baptistao, Gerard o Piatti, dueños de las características que más daño han hecho a la Real en lo que va de temporada: la verticalidad y el juego al espacio.
Lo cierto, en cualquier caso, es que el Espanyol no sólo no ha ganado aún fuera sino que sólo ha marcado un gol a domicilio, en la primera jornada ante el Sevilla, si bien ha jugado en campos difíciles como el Bernabéu, el Camp Nou o El Madrigal, donde puntuó (0-0). Una piedra de toque interesante para evaluar el juego defensivo de una Real que, en cualquier caso, entiende que es hora de volver a sonreír en casa