UN TIRO EN EL PIE
El Eibar pone la alfombra roja al triunfo del Real Madrid regalando los dos primeros goles Los armeros tuvieron más el balón, pero les faltó claridad en el último cuarto de campo para definir
El Eibar no puntuó ayer en el Santiago Bernabéu porque está lejos del equipo que el pasado año se llevó un merecido punto del coliseo madridista. De haberse manejado en unos parámetros similares posiblemente el conjunto de Mendilibar habría hallado premio porque este Real Madrid también está lejos de la versión que le llevó a ser campeón de Liga y de Europa el pasado año.
Y este Eibar está lejos del de la pasada temporada porque aquel equipo era difícil que hiciera dos regalos como los que ayer hizo el equipo en la primera media hora. Y está aún más lejos porque la pegada de este Eibar es infinitamente inferior, aunque más que pegada lo que se echa de menos es algo más de claridad en el último cuarto del campo, en esa zona donde se toman las decisiones relevantes de un partido. Falta calidad, falta precisión, falta tranquilidad. Falta.
Lo cierto es que el equipo de Mendilibar tuvo una puesta en escena correcta pese a que a los 71 segundos Isco tuvo un mano a mano ante Dmitrovic que el meta serbio evitó que finalizara en gol. Pese al susto, los armeros se asentaron sobre el césped y comenzaron a tocar el balón en lo que fueron los mejores minutos del equipo, que generó su mejor ocasión, una diagonal de Inui que Charles dejó de cabeza para Jordán, que llegando desde atrás disparó raso obligando a Casilla a atrapar el balón abajo.
El Eibar mostraba sus cartas, pero entonces, en el mejor momento del equipo, llegó el primer regalo en forma de gol. El Real Madrid ejecutó en corto un saque de esquina, Capa no apretó como debía a Asensio que puso un centro al área que Oliveira, en su intento por despejar, terminó introduciendo el balón en su portería.
El conjunto guipuzcoano reaccionó bien y una falta lateral ejecutada por Jordán estuvo a punto de convertirse en el gol del empate, ya que el envío no acertó a tocarlo nadie y Casilla, sorprendido, tuvo los reflejos suficientes para sacar el balón con los pies.
El Real Madrid iba ganando. Sí. Pero generaba dudas. Había logrado adelantarse en el marcador, pero las sensaciones que emitía no eran buenas. Y para disipar esos fantasmas de los últimos partidos en casa el Eibar decidió extenderle una alfombra roja hacia la victoria con un segundo tanto que nació en un centro de Isco, que remató Asensio y que finalizó en el fondo de las redes porque a Dmitrovic se le pasó algo por la cabeza que estuvo lejos de la realidad. Una lástima porque el resto del partido el guardameta serbio estuvo espléndido.
Con 2-0 había poco que hacer. Los más agoreros temieron por la goleada, pero el Eibar tuvo la virtud de no descomponerse y persistir.
Con muchos hombres por dentro se adueñó del balón, tuvo más posesión que el Madrid, pero fue llegar a las inmediaciones del área y equivocarse constantemente, sobre todo un Charles absolutamente obtuso.
Presión muy arriba
A la vuelta de vestuarios los de Mendilibar presionaron al Madrid muy arriba, incomodando la salida del balón. Eso sí, las pocas veces que los de Zidane superaron la agresiva presión armera generaron peligro, como sendos manos a mano de Isco y Cristiano ante Dmitrovic, de nuevo ganados por el portero de Subotica.
El paso de los minutos confirmó el quiero y no puedo de un Eibar que terminó encajando el tercero en una magnífica jugada del Real Madrid culminada por Marcelo. Quizás todo hubiera sido diferente de no haber regalado tanto
El primer gol llegó cuando el Eibar estaba cuajando sus mejores minutos