‘En el último cuarto de campo...’
El Eibar llegó con soltura al área pero se atascó con varias imprecisiones y fallos
Quizá sea uno de los recursos más usados por los entrenadores a la hora de explicar, después de un partido, la ineficacia que ha tenido su equipo a la hora de tejer el ataque. Hablamos de las frases que empiezan con la cantinela de ‘en el último cuarto de campo...’. Pues ayer, sin ir más lejos, al Eibar se le nubló por completo ese ‘ultimo cuarto de campo’ en el Santiago Bernabéu.
Uno echa un vistazo al marcador, ve los tres goles y piensa en lo de siempre, en un Real Madrid que ha arrollado a su rival y no se ha visto obligado a engranar la quinta marcha para sacar adelante el partido.
El Eibar, sin embargo, tuvo mucho balón -más de lo previsto, inclusopisó con atrevimiento el campo contrario y se acercó con más frecuencia de la habitual a las inmediaciones del área de Keylor Navas. Pero los fallos e imprecisiones de los armeros a la hora de culminar una jugada definitiva que pudiera acabar en gol dolieron y mucho. Las estadísticas nunca mienten: dos remates a puerta en noventa minutos. Así, es muy complicado traer algo positivo a casa.
Por ejemplo, ¿quién cantó gol de antemano al ver a Charles galopar en solitario con Inui completamente solo a su izquierda? Más de
uno, más de dos y más de tres. Sin embargo, sea lo que sea que le pasó al brasileño por su cabeza, el balón acabó donde nadie se lo esperaba. El rostro de su compañero, al que no suele ser fácil calibrar el estado de ánimo, era un poema.
Es el ejemplo más claro de que al Eibar se le apagaron las luces en los dominios de Kiko Casilla. Ya lo sintetizó Mendilibar, con su franqueza habitual, al término del encuentro al ser cuestionado al respecto: “Hemos sido un equipo majo y nos han faltado los ‘uy’”.
Y claro, si a un equipo como el Real Madrid no la haces cosquillas a pesar de tener el balón, el castigo es severo y quizá inmerecido.
Al final, a los seguidores del Ei- bar se les quedó la sensación de que el partido se había escapado porque sí. No por esperado, el re- sultado se digiere tan fácilmente a tenor de los argumentos que esgri- mieron los armeros en el feudo blanco. Contra el Levante, dentro de siete días en Ipurua, habrá que alumbrar convenientemente el área en el que ataque el Eibar
Dos remates a puerta en 90 minutos y varios errores echaron por tierra la labor armera