Márquez ya tiene su match-ball
Marc consiguió su sexto triunfo del año tras una batalla a cinco por el triunfo en Phillip Island y Dovizioso vivió un infierno acabando 13º
El rapidísimo circuito de Phillip Island siempre es propicio a la épica de las dos ruedas. Dos años atrás se libró en sus toboganes y sus curvas enlazadas la madre de todas las batallas y acabó por alterar para siempre la relación entre Rossi y Márquez cuando cuatro días después estalló por sorpresa en una rueda de prensa en Sepang que dejó perplejo a medio mundo. Cuando el domingo en Phillip Island parecía que el Dottore se había divertido como nunca en una carrera el jueves lo transformó en que había sido una declaración de guerra de Marc y acabo desembocando en el olvidable ‘Sepang Clash’.
Dos años después se volvió a vivir en Phillip Island un nuevo episodio de la madre de todas las batallas, esta vez a cinco bandas con Márquez y su Honda, las tres Yamaha de Rossi, Viñales y Zarco e Iannone y su Suzuki, el inesperado invitado a una fiesta que será recordada en años. Hacía muchísimo tiempo que no se veía una batalla tan grande y entre tantos prácticamente de cabo a rabo, imposible contar a simple vista la de veces que estos cinco hombres se pasaron y repasaron, se tocaron y se fueron largo. Y la de veces que hubo cambio de líder: Miller, Rossi, Zarco, Viñales y Marc Márquez que al final tomó la responsabilidad en las siete últimas vueltas y tras un cambio de ritmo ya nadie pudo evitar su triunfo, el sexto del año tras Austin, Sachsenring, Brno, Misano y Aragón, con el premio gordo añadido de disfrutar del primer match-ball.
La lucha por los otros dos cajones del podio siguió a cuchillo especialmente entre los tres Yamaha y, finalmente, la mejor aceleración de las oficiales de Rossi y Viñales pudo con la satélite del irreductible Zarco en la misma línea de meta. Los tres entraron en 43 milésimas y Rossi con cara de pocos amigos porque estaba convencido que sin tantos hachazos de Zarco e Iannone, especialmente, podría haber estado con Márquez al final de carrera. También le sentó a cuerno quemado uno de Marc Márquez al inicio. Pero tomo el mundo repartió estopa, nadie puede lanzar la primera piedra.
Quién se perdió esa madre de todas las batallas fue Andrea Dovizioso que ha visto aumentar la desventaja de 11 a 33 puntos ahora con tan solo 50 puntos en juego. Si el sábado ya fue un fiasco para Ducati y se vio saliendo 11º en parrilla el domingo confirmó los malos presagios y no había pasado giro y medio de carrera que hizo un recto, no pudo hacer girar su Ducati GP17 y se vio condenado a remontar desde la 20ª plaza.
Nunca llegó ni al top-10 y para mayor inri no traccionó bien desde la última curva a la línea de meta y perdió dos plazas a manos de Redding, su compañero de marca pero que abandona a final de campaña el nido Ducati para irse a Aprilia, y el compañero de Márquez, Dani Pedrosa.
Para conquistar su sexta corona, cuarta de MotoGP en Sepang el próximo domingo, Márquez necesita ganar o ser segundo o no perder más de siete puntos con el italiano, en un circuito al que se adapta mejor la Desmosedici.
Marc Márquez tiene 3 podios, 2 de ellos victorias en MotoGP y 125cc en Sepang, y Dovizioso 5 podios, 1 de ellos victoria en MotoGP el pasado año con Ducati donde batió a las dos Yamaha y Márquez terminó undécimo después de sufrir una caída en carrera