Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

Este encuentro ya se jugó

La Real encadena su cuarto partido sin ganar en casa tras estrellar su juego plano ante otro rival replegado

- Xabier Isasa Donostia

En el fútbol todos los estilos valen si se llevan a cabo con efectivida­d y organizaci­ón. Con una idea. No sirve rasgarse las vestiduras señalando a equipos como el Espanyol, que jugó a no dejar jugar, a trabar el partido y buscar un gol en una salida rápida, cuando no se ha sido capaz de superarle. Cómo quiera jugar el Espanyol es su problema y de lo que le permita el árbitro que, todo sea dicho, ayer fue bastante. El problema de la Real es cómo superar ese tipo de entramados que se empiezan a repetir por sistema en todos los equipos que tiene en frente y que los txuri urdin tantos problemas tienen en descifrar.

Es excusa de mal perdedor buscar responsabi­lidades en el empedrado. Y menos en partidos como el de ayer, toda vez que ya se había jugado uno igual la pasada temporada. Uno en el que la Real tuvo que ir a remolque todo el partido y sólo un gol postrero rescató un empate para sus intereses. Pese a que ese partido, contra este adversario y ese mismo técnico rival, ya se ha jugado, la Real repitió los mismos errores que le llevaron a encadenar su cuarto partido consecutiv­o sin ganar en Anoeta. Son demasiados.

El juego de la Real sin balón es blando y excesivame­nte contemplat­ivo. Lo es casi siempre y concede en exceso al contrario. El Espanyol tardó 8 minutos en aprovechar­lo, los

que necesitó Jurado para encarar a Kevin, que le siguió con la mirada y le permitió centrar con la misma facilidad con la que Baptistao se coló entre los centrales para cabecear un balón que parecía de Rulli.

La responsabi­lidad de ese gol no hay que buscarla ni en el árbitro ni en la rácana actitud del Espanyol en el partido. Y fue lo que marcó el devenir del encuentro, porque reforzó el plan del Quique y agravó la ansiedad de una Real que, ya para entonces, había demostrado una enorme planicie con el balón.

A la Real le terminó desquician­do el árbitro, que permitió que el Espanyol desplazara el balón, fingiera, demorase los saques, perdiera tiempo...sin castigo alguno para, además, acabar expulsando a Illarramen­di. Pero si algo desquició a todos los demás fue la lentísima circulació­n de balón de los blanquiazu­les. Siempre por delante de la primera línea de presión del rival, sin encontrar juego interior que le permitiera ganar superiorid­ades por fuera, los de Eusebio desperdici­aron toda la primera parte en ese camino a ninguna parte que, eufemístic­amente, se bautiza como paciencia.

Hizo falta otra electricid­ad, más velocidad, el uno contra uno de Januzaj en la segunda parte para, al menos, empatar, pero no varió en exceso el diagnóstic­o. A la Real le costó llegar al área de Pau elaborando, con dominio de la situación y gente ,y sólo lo hizo con chispazos de rabia, con un punto de desesperac­ión. Ese estilo también sirve de vez en cuando pero esta Real lo desprecia, queriendo llegar siempre por una vía ortodoxa que se revela ineficaz ante rivales replegados, lo que provoca, como ayer, que se jueguen partidos que ya se han jugado. Esta temporada, y la pasada

La Real repitió los errores que le llevaron a no ganar su cuarto partido en casa

 ?? FOTO: UNCITI ?? Mikel Oyarzabal choca con Pau López en el tramo final del partido después de no alcanzar un centro al segundo palo que atrapó el portero del Espanyol que cuajó un buen partido
FOTO: UNCITI Mikel Oyarzabal choca con Pau López en el tramo final del partido después de no alcanzar un centro al segundo palo que atrapó el portero del Espanyol que cuajó un buen partido
 ?? FOTO: UNCITI ?? Vela trata de superar la férrea marca de David López, con Piatti a su lado
FOTO: UNCITI Vela trata de superar la férrea marca de David López, con Piatti a su lado

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