IMPOTENTE
Un Eibar falto de fútbol y blando en defensa cae ante el Celta en Ipurua y tiene pie y medio fuera de la Copa Mendilibar tira de un fondo de armario sin ideas que necesita un milagro para estar en el sorteo de octavos
El Eibar ni es ni se parece al equipo del año pasado y cuanto antes se interiorice que aquel juego tan brillante va a ser difícil que se vuelva a ver en Ipurua en un tiempo, mejor para todos. El conjunto guipuzcoano está lejos de ser fiable, sólido. Su planteamiento, más allá del sistema que utilice, hace aguas por todos lados. El equipo no responde a nivel defensivo y así es imposible que las cosas vayan bien. Y no lo fue ante un Celta que se llevó de Ipurua un triunfo (1-2) que le da muchas opciones de estar en el sorteo de octavos de final de la Copa del Rey.
Cuatro minutos necesitó el cuadro vigués para adelantarse en el marcador. Otro error de concentración, uno más en una temporada aciaga para los armeros en tareas defensivas. Una falta cometida por Oliveira, y que le costó la amarilla, fue el principio del fin. Guidetti fue el encargado de ejecutar la acción, pero Riesgo respondió con una buena intervención y desvió el balón. Los armeros se desentendieron de la jugada, no así los celestes. Hugo Mallo recibió el balón y colgó el esférico al segundo palo, donde Cabral cabeceó a la red el balón al imponerse por arriba a Rubén Peña. Media eliminatoria tirada por la borda a las primeras de cambio.
Los locales fueron un constante quiero y no puedo. Faltó fútbol a un equipo irreconocible en el que sólo Oliveira, Juncà, Jordán o Enrich cuentan con galones de los 11 que saltaron de inicio al terreno de juego. Curiosamente, quien mejores sensaciones dejó fue el joven Sarriegi, intenso al corte y con criterio para organizar el juego. Pero al puzle del Eibar le faltan demasiadas piezas para que encaje. Pese a todo, en el primer acercamiento al área rival, los armeros igualaron la eliminatoria. Juncà, el hombre más peligroso de los locales en ataque, puso un balón al corazón del área que Enrich, adelantándose a Fontás y al meta Álvarez, lo envió a la red.
El gol no tranquilizó a un Eibar vulgar al que le faltó continuidad. Las llegadas se produjeron con cuentagotas y el partido se atascó en el centro del campo. Los locales no arriesgaron y a los visitantes les iba bien el marcador. Ingredientes nefastos para ver un buen espectáculo. Sin noticias de Riesgo y Álvarez, la eliminatoria cogió color gallego a un minuto del intermedio. Jozabed cedió el balón a Hjulsager para que el danés pusiera un centro medido al segundo palo a Guidetti, quien de cabeza no
perdonó. La defensa armera no apretó ni el centro lateral ni al rematador. Pecado mortal.
El peligro, desde la izquierda
El Eibar tenía pie y medio fuera de la Copa, pero fue incapaz de reaccionar. Al menos de generar peligro. Quizá el equipo no da para más ahora mismo. La mayor amenaza guipuzcoana fue un Juncà que tiró de su excelente zurda para poner en apuros a la defensa celeste. Un recurso que no fue suficiente para desestabilizar al equipo de Unzué. Un balón largo de Peña dejó a Bebé con opción de disparo. El portugués lo intentó sin éxito a la hora de juego.
Mendilibar movió el banquillo y tiró de la caballería pesada. Arbilla, Inui y Kike García. El Eibar, empujado por los 3.432 valientes que se acercaron a Ipurua, encerró al Celta en su campo, aunque también podría decirse que fue el cuadro gallego el que optó por retrasar líneas y esperar su oportunidad a la contra. En los últimos 20 minutos Enrich y Rivera pudieron igualar el encuentro, pero fue imposible.
La Copa apunta a torneo relámpago en Ipurua. Quizá la mejor salida para los armeros ante la falta de efectivos para rotar y los problemas que tiene el equipo para sumar en Liga
El Eibar no está para dos competiciones; veremos si para una