“ALGUNA PATADA YA RECIBIRÁN”
Markel Bergara (Elgoibar, 1986), que entró en Zubieta con 11 años, pasó dos décadas como txuri urdin y llegó a jugar 212 partidos con el primer equipo blanquiazul, disputará mañana el primer encuentro de su vida contra la Real. No contaba para Eusebio y se buscó la vida en Getafe. Está agradecido, de su boca no sale una mala palabra para nadie del club txuri urdin pero mañana, eso sí, intentará que muerdan el polvo en el Coliseum.
No ha empezado del todo mal la campaña para el Getafe, ¿no?
Sabemos que este año nos va a tocar pelear hasta el final para conseguir los objetivos. Todos sabemos que va a ser un año muy complicado y difícil, pero a los equipos les está costando ganarnos, que es lo importante.
¿Cómo le están yendo las cosas?
Estoy feliz. Desde el primer momento, he jugado todos los partidos, prácticamente todos los minutos y estoy muy contento.
Le va tan bien que hasta está marcando goles..
(Risas) He metido uno y me quitaron otro que era legal, pero no es mi prioridad.
¿Este año tiene más llegada?
Jugamos un 4-4-2 muy claro. A nuestro míster le gusta, siempre que haya transiciones, que uno de los pivotes llegue. Físicamente me estoy encontrando bien, con fuerza para tirar hacia adelante y, como al míster le gusta eso, estoy intentando llegar todo lo posible.
¿Cuánto necesitaba que le salieran las cosas como le están saliendo en Getafe?
Te soy sincero, estoy muy contento de la decisión tomada. Ha sido lo mejor para todos, para la Real y para mí. La decisión ha sido totalmente acertada, así como el destino que he elegido. A nivel familiar también estamos contentos.
¿Problemas de adaptación?
La ciudad, más o menos, ya lo conocía. Mi mujer y mi hija están encantadas. Tenemos muchas visitas por cercanía. El club es muy familiar, me han aceptado muy bien desde el principio y estoy contento de la decisión de venir aquí. Estoy viviendo en Majadahonda, cerca de donde entrena el Atlético de Madrid y es una ciudad muy tranquila, muy residencial. Viven muchos jugadores. Para ir a Getafe tengo 20 minutos, que no hay mucho tráfico, y a Madrid también tengo 15-20 minutos. Majadahonda es un sitio idóneo para vivir. Vivo aquí porque me lo recomendaron, no hay mucho tráfico y tampoco me estoy agobiando.
Zaldua está muy cerca, ¿no?
He quedado unas cuantas veces. Él vive a diez minutos, en Boadilla. Me está trasladando lo contento que está. El Leganés incluso está mejor que nosotros y es para estar contento.
¿Echa de menos Donostia?
Llevo poco tiempo, pero hay momentos en los que echas de menos todas esas cosas, pero te lo digo en serio, por ahora, estoy tranquilo. Incluso en el parón ni subí. Tenemos muchas visitas de familia, de amigos y no he tenido necesidad.
¿Cómo se fraguó su salida de la Real?
El año pasado, tras la lesión (cuatro meses parado), las preferencias del míster ya habían cambiado y fue un proceso natural. Yo ya veía al final de la temporada pasada que lo mejor para todos era que yo buscara una salida que agradara a todo el mundo. En ningún momento me he sentido forzado a salir,ni por parte del míster, ni de Loren ni del presi. Yo era consciente de que tenía que salir, el club también lo veía así y, a día de hoy, todos estamos contentos porque ha sido una decisión acertada.
¿No tener la confianza del míster influyó mucho para decidir salir?
Sí. Percibía que las prioridades del míster habían cambiado, que venía gente de abajo pisando fuerte y que lo mejor para todos era que yo buscara una alternativa fuera que me agradara. Repito que en ningún momento me presionaron. Hasta que no se encontró algo que sedujera a todas las partes no se tomó una decisión y eso lo tengo que agradecer. Nunca me sentí echado.
¿Cuándo se dio cuenta de que lo mejor era salir?
Fue a raíz de la lesión. Antes de la misma, no estaba en el ‘once’ pero me sentía partícipe. Pero a la vuelta las prioridades habían cambiado, además el equipo estaba jugando muy bien, venía gente muy fuerte por detrás y es algo que percibes.
Para alguien que llevaba toda la vida en al Real, ¿ha sido difícil asimilar que tenía que irse?
Fue más complicado el final del año pasado, que no estás ni cerca en los planes. Te haces a la idea de que a nivel familiar todos nos tenemos que desplazar. Fue más duro el proceso del año pasado pero este año, ya en pretemporada, tenía la sensación de que tenía que disfrutar los últimos días y fue una sensación más positiva.
La cesión es de un año. ¿Se ve con opciones de volver?
Si te soy sincero, no pienso en eso. No tienes la sensación de cuando tienes 20 años, de que si lo haces bien, vuelves. Ha sido una cesión porque a todas las partes nos interesaba, pero no estoy pensando en volver, sino en hacerlo bien aquí. Luego, nunca se sabe, pero estoy pensando más en el presente que en el futuro.
Si Eusebio continúa no tiene mucho sentido volver, ¿no?
No estoy pensando en hacerlo bien para volver. Yo ya sé lo que es estar cedido y la percepción de la cesión es diferente. Se llevará todo con naturalidad.
¿Hubo opciones de salir fuera de España?
El año pasado, cuando ya más o menos uno se hace a a la idea, mi mujer y yo teníamos claro que queríamos vivir una experiencia nueva. Mi prioridad era buscar una Liga extranjera en la que viviera nuevas sensaciones, nuevo idioma, nueva cultura, nuevos campos. Mi mujer estaba con ganas, pero no surgió nada que me diera ese chispazo, que me dijera que quería llevar ahí a mi familia. Al revés, pasó lo de Getafe y surgió. Se lo comenté a mi mujer, y aquí estamos, encantados de haber tomado esta decisión.
¿Va a ser complicado jugar contra la Real?
Nunca en mi vida he jugado contra la Real y todos los que juegan allí no son compañeros, son amigos y será algo especial. Raro se me hará, pero será una sensación positiva, disfrutaré.
Enfrentarse a Prieto, Iñigo...
Han sido muchas vivencias juntas. Será especial, pero ya sabes que en el campo cada uno mira lo suyo y recibirán alguna patada que otra.
¿Va a rascar?
Hombre, claro. Ya saben lo que les espera. Alguna patada que otra ya van a recibir.
¿Ha sido una semana de mucho WhatsApp?
Sí, tengo mucha relación con ellos.
Estoy viendo todos los partidos de la Real. Soy de la Real, pero repito que cuando pita el árbitro cada uno tiene que mirar por lo suyo.
¿Cómo la está viendo?
Le veo muy bien. Ha tenido una fase en la que han recibido muchos goles y se ha sobredimensionado un poco, pero han sido jugadas puntuales y el equipo ha tenido que corregir. Pero la idea de juego es la misma. El fútbol que están realizando es el mismo y dudar del estilo sería un error. Lo que están haciendo es muy bueno.
17 goles en contra son muchos…
Son números que tienen que corregir. Cuando recibes tantos goles es que en algo estás fallando, pero los mecanismos son los del año pasado. Esa forma de abrise tanto, de atacar tanto, es lo que les ha llevado a estar así y a jugar tan bien. Tiene que seguir por la misma senda.
¿Vio el partido del Vardar?
La gente dice que el equipo de Macedonia no era muy bueno, pero hay que meter seis goles en Europa y cómo lo hizo. Metió seis, pero pudo meter diez. El equipo estuvo brutal y como aficionado de la Real está siendo una gozada.
¿Envidia de no poder estar ahí?
Te soy sincero. Cuando veo los partidos, disfruto más que antes. Cuando estás dentro, tienes esa presión, pero desde fuera, analizas con tranquilidad y disfrutas mucho.
¿Lo ha pasado mal en la Real?
He estado muchos años en la Real y en toda carrera hay momentos buenos, muy buenos, malos y muy malos. Y he tenido de todo. Pero pasarlo mal... Siempre hay momentos difíciles, pero si tuviera que hacer un balance, ha sido muy positivo.
¿Esperaba contar tan poco con Eusebio?
El año pasado empecé siendo titular con Eusebio, pero el fútbol es muy cambiante. Él ha cogido una dirección y le está yendo muy bien. El míster está para tomar decisiones y el tiempo le ha dado la razón. A mí no me quedaba otra que buscarme otra vida, pero a día de hoy soy feliz.
¿En la cabeza de Markel entraba la posibilidad de no terminar su carrera en la Real?
Cuando en su día renuevo y el club apuesta por mí, porque me ve como pieza fundamental para los siguientes años, si me dices que a día de hoy estaría en el Getafe, no sería lo que hubiera querido. Alguien de la Real lo que más quiere es jugar en la Real, pero venir un club así también te abre los ojos. Este momento negativo que viví en la Real me ha venido bien para vivir esto de Getafe. De otra forma no lo hubiera vivido.
¿Cree, como canterano que ha sido, que siempre se le ha exigido más que a los de fuera?
No tengo esa sensación. Como todo jugador, cuando tiene tantos años en un club, siempre hay momentos, malos y buenos. Pero hay que llevarlo con naturalidad. Nuestra profesión funciona así. No le podemos gustar a todos, pero tengo la sensación de haber hecho todo lo posible por ese escudo, que es mi escudo, y me he ido con la cabeza muy alta.
¿Alguna queja de la afición?
No, de verdad que ninguna queja. Tenemos que ser conscientes de que en la masa social que movemos, muy grande, hay opiniones para todos y no podemos agradar a todos. Esa es la parte más importante de un jugador, aceptar que no puedes gustar a todos. Yo tengo la conciencia muy tranquila porque siempre he hecho todo lo posible por hacer lo mejor para la Real y me he ido muy feliz. Me siento un privilegiado. Alguien de Elgoibar, que toda la vida ha sido la Real, que desde los 11 años ha ido todos los días a Donostia, pasando por todas las categorías... Jugar en la Real es el sueño de todo niño de Gipuzkoa.
¿Se le hará raro saludar a sus compañeros después del sorteo arbitral?
Se hará raro todo. Va a ser raro, pero tengo ganas de jugar.
¿De reivindicarse?
No. Tengo ganas de vivir esa experiencia, de verles a todos los compañeros, de saludares. No tengo sensación de rencor. Todo lo contrario. Sólo tengo palabras de agradecimiento a todos y cuando digo a todos, es a todos