En un abrir y cerrar de ojos
Aimar Olaizola ya está en semifinales tras arrollar a un irreconocible Danel Elezkano (22-5)
Para valorar un partido que se decidió en 157 pelotazos y media hora de juego pocas palabras bastan. La aciaga tarde de Elezkano II en el Labrit de Pamplona permitió a Olaizola II clasificarse a semifinales del campeonato de Cuatro y Medio casi sin despeinarse, sudar ni desde luego forzar un pie que le había causado molestias en anteriores apariciones. Fue un visto y no visto para un público ávido por ver un atractivo duelo y que se quedó con las ganas. El resultado: un 22-5 contundente y sin excusas para el perdedor.
Aimar Olaizola cogió el camino más corto y sencillo hacia las semifinales, donde ya le espera Urrutikoetxea a falta de conocerse hoy los otros dos inquilinos del cuadro, tras un encuentro en el que se mostró más confiado en el saque -de ahí que finiquitara varios tantos con el remate posteriora expensas de un Elezkano II que ya con el 2-0 se estaba echando las manos a la cabeza, dando a entender que la pesadilla no había hecho más que comenzar.
El de Zaratamo estuvo desconocido en Pamplona, como si le hubieran robado la identidad y fuera otro el que se presentó en su lugar. Fue un manojo de nervios y tensión que fue acumulando fallos desde el principio, uno tras otro, hasta verse con un 7-0 en contra en un abrir y cerrar de ojos. Ni siquiera su hermano Ander, sentado en la silla reservada a los botilleros, encontraba soluciones para resolver el desaguisado.
De nada sirvió su primer tanto, el 7-1, tras una buena apertura al ancho, para inquietar a un Olaizola II muy tranquilo y centrado en cumplir con su parte. Como zorro viejo que es, el de Goizueta se multiplicó y sometió a un adversario superado por las circunstancias. Del 7-1 se pasó al 12-1, y tras un fallo de Aimar (12-2), el marcador se estiró hasta el 17-2. La toalla de Elezkano II hacía tiempo que estaba tirada en la cancha.
Los expertos del Labrit rugie- ron con el 17-3, tras una buena apertura de Elezkano II, para tra- tar de animar a un pelotari que no ofreció muchos más síntomas pa- ra plantar cara a un sólido Olaizo- la II.
Sin quererlo, el marcador alcan- zó el definitivo 22-5, los pelotaris se estrecharon las manos y el estelar de la jornada llegó a su fin. Una historia cuyo final se intuyó desde el primer tanto. Olaizola II ya está
en semifinales