Un encuentro muy recurrente
El del domingo será el quinto duelo entre Bengoetxea y Urruti en semifinales de un torneo individual en los dos últimos años
El pulso entre Oinatz Bengoetxea y Mikel Urrutikoetxea se está convirtiendo en un clásico en las semifinales de los dos grandes campeonatos individuales de la pelota a mano profesional. El próximo domingo, el leitzarra y el de Zaratamo se verán las caras en la antesala de la final del Cuatro y Medio por tercer año consecutivo. En el Manomanista, no tanto, pero casi. En las tres últimas ediciones, se ha producido ese emparejamiento dos veces en semifinales. Por tanto, en el Adarraga no habrá secretos.
En las dos anteriores entregas del Cuatro y Medio, el campeón salió del enfrentamiento entre Oinatz y Mikel. Así fue en 2015, cuando Urrutikoetxea hizo morder el polvo a Bengoetxea VI en el Labrit (22-18) para, dos semanas después, inscribir su nombre en el palmarés de la ‘jaula’ tras vencer al añorado Juan Martínez de Irujo (22-20) en Bilbao. No tuvo que esperar mucho el navarro para tomarse la revancha. Al año siguiente, de nuevo con el frontón pamplonica como escenario, Bengoetxea VI se impuso en un épico envite al vizcaíno (22-21). Quince día después, Oinatz batía en la final del Ogueta a Altuna III y completaba así su terna de grandes títulos, al adjudicarse el del Cuatro y Medio que le faltaba.
Pero la rivalidad entre ambos pelotaris en la ronda previa a la final se ha extendido al Manomanista. En este torneo, la victoria ha sido clara para Bengoetxea en las dos semifinales en las que se ha medido al de Zaratamo. Así ocurrió en 2015, cuando Oinatz barrió de la cancha, también en el Labrit, a Mikel (22-7). Pero la desgracia quiso que una lesión en un entrenamiento impidiera al navarro disputar la final. La oportunidad le llegó de rebote a Urruti, que 38 años después del triunfo de Gorostiza devolvió la txapela del Manomanista a Bizkaia con una victoria antológica sobre su ‘maestro’ Aimar Olaizola (22-19).
En 2016, Bengoetxea VI y Urrutikoetxea llegaron también a semifinales, pero sus caminos no se cruzaron esta vez. Urrutikoetxea vapuleó a Altuna III para ceder después en la final ante el emergente Iker Irribarria (22-13), quien en la ronda anterior había dado buena cuenta de Oinatz (10-22).
Este mismo año, hace unos meses, se produjo el último pulso individual entre Bengoetxea y Urrutikoetxea. Cómo no, en el Labrit. El primero ganó con claridad (22-8) y dos semanas después, en Bilbao, se caló su segunda txapela del Manomanista al neutralizar el poderío de Irribarria (18-22). El quinto duelo individual en las semifinales de un torneo oficial en dos años por fin cambiará de escenario. Logroño asistirá a una cita recurrente