Galán y el Real Unión respiran
Un solitario gol del delantero navarro a la hora de juego da los tres puntos al conjunto txuribeltz
El Real Unión sumó tres puntos vitales ante el Logroñés gracias a un solitario gol de Jorge Galán a la hora de juego. No fue el mejor partido de los txuribeltz, pero el triunfo corta una racha de tres derrotas consecutivas que había empezado a inquietar a la afición del conjunto irundarra.
Asier Santana apostó por Otaño bajo palos, devolviendo al banquillo al costarricense Patrick. El 4-3-3 con el que saltaron al terreno de juego los guipuzcoanos llevó a Ekhi, Alonso y Juan Domínguez al medio campo y a Capelete, Galán y Orbegozo a la punta del ataque. Sin embargo, antes de que los txuribeltz se asentaran sobre el verde de Gal, recibieron el primer susto. Aguilar remató al poste en el minuto 1. No fue una acción aislada, ya que el mismo protagonista tuvo una segunda oportunidad a los siete minutos de la primera parte. Su disparo se marchó desviado.
A los locales les costó un mundo acercarse a la portería de Miguel. Hubo que esperar más de 20 minutos para que hubiera noticias en el área rival. Y cuando llegaron el meta se encargó de desbaratar las ocasiones. Galán probó suerte, sin éxito, a la media hora de juego.
El Real Unión ofreció un juego pobre, plano, y lleno de imprecisiones en los primeros 45 minutos. Fueron los riojanos los encargados de poner en peligro el 0-0 de Gal. El primer acto dejó evidencias del delicado momento de juego que atraviesa el cuadro de Asier Santana.
Más acierto que fútbol
No cambió en exceso el decorado en la segunda mitad. Poco fútbol y ocasiones con cuentagotas. Fue el Logroñés quien tuvo en su mano adelantarse en el marcador en un disparo de Salvador desde la fron- tal que Otaño desvió a córner. La respuesta del Real Unión no pudo ser mejor. En una jugada aislada, Capelete se fue de Zubiri, centró al primer palo y Galán cabeceó cruzado para subir al marcador el primer gol de la tarde a la hora de juego.
El delantero de Iruñea volvía a ver puerta dos meses después. Galán no marcaba desde que diera la victoria en Tafalla el 20 de agosto. Demasiado tiempo para un futbolista que vive del gol y que logró liberarse de esa pesada mochila que llevan los arietes cuando no marcan. Tanto se liberó que estuvo a punto de volver a ver puerta tres minutos después. Dani Estrada puso un buen balón al corazón del área, Orbegozo no llegó y Galán, sin apenas ángulo, cabeceó al poste. Fueron los mejores minutos de un Real Unión que pudo sentenciar el choque. No lo hizo y le tocó sufrir hasta el final. Más por la incertidumbre del resultado que por la presión de un Logroñés que no hizo sudar en exceso a Otaño. Las cosas se complicaron para los txuribeltz con la expulsión de Aimar en el 84’, pero el marcador no se movió. Tres puntos y a pensar en el derbi guipuzcoano