El Sanse agradece los regalos
Un autogol de Ekhi y una pérdida de Martins allanan el camino de la victoria del equipo txuri urdin, que asciende a la tercera plaza
Los errores en el fútbol se pagan caro y ayer el Real Unión pagó la cuenta del derbi ante un Sanse que, pese a su juventud, ejerció de equipo veterano para, sin hacer un gran encuentro, sumar tres puntos y dormir en la tercera plaza a la espera de los resultados de hoy. Ojito con este equipo.
El partido arrancó como se esperaba, con un Sanse tratando de hacerse dueño del partido ante un Real Unión que varió su habitual sistema para jugar con un 4-1-3-2 en el que acumuló gente por dentro para dificultar esa circulación del esférico. Lo cierto es que ese cambio surtió efecto y a los txuri urdin les costó descifrar el camino hacia la meta de Otaño, que apenas se vio inquietado en el inicio.
La mejor ocasión del Sanse llegó en el minuto 18 en una jugada de Jauregi por banda que terminó con el vizcaíno centrando raso al área, donde apareció Muguruza para, en carrera, rematar junto al poste. Esta buena ocasión hizo reaccionar a un Real Unión demasiado implicado en labores defensivas y poco efectivo con el balón en los pies. La respuesta a la ocasión de Murguruza fue una falta lateral ejecutada en corto por Juan Domínguez para que Gayoso disparara desde la frontal; Zubiaurre intentó blocar el balón, no lo consiguió y Martins, atento y con todo a favor, disparo fuera.
Y de lo que pudo ser el 0-1 se pasó al 1-0 tras una galopada de Jauregi por banda en la que superó por potencia a Gayoso para meter un centro raso al área que Ekhi introdujo involuntariamente en su portería cuando volvía para tapar la línea de pase.
El gol hizo daño a los unionistas que a punto estuvieron de encajar el segundo con un remate al palo de Kako Sanz. Sin embargo, poco a poco los de Santana se fueron reponiendo para adueñarse del balón, si bien fueron incapaces de fabricar una buena ocasión.
En la reanudación, el Real Unión dio continuidad a su dominio y tras unos minutos sin hacerle daño a un Sanse que vivía cómodamente replegado, comenzaron a llegar las ocasiones. Primero fue Esnaola quien cabeceó fuera en boca de gol un córner ejecutado por Juan Domínguez. Respondió el Sanse por medio de Merquelanz, que se encontró con un inmenso Otaño. Poco después Juan Dominguez cabeceó fuera un magnífico centro de Estrada y acto seguido Esnaola, desde la frontal, disparó fuera.
Dos amarillas en cinco minutos
El encuentro se le complico definitivamente al Sanse con la expulsión de Ujia, que vio dos amarillas en cinco minutos, aunque la segunda fue muy discutible porque lo que parecía una carga legal la transformó el colegiado en una falta que el Real Unión pidió como penalti al considerar que Ujia había derribado a Urkizu dentro del área. Dudoso.
Al Sanse le tocaba resistir con uno menos el último cuarto de hora, pero tras un disparo de Mikel Alonso que Lapeña desvió con la cabeza cuando parecía que podía ser gol, llegó la puntilla. Martins perdió un balón en la construcción del ataque unionista, Muguruza robó el esférico, inició la contra, se desmarcó y asistió al irundarra Merquelanz que solo tuvo que empujar el balón a la red para sentenciar el partido y poner a su equipo en el ático de la clasificación