Maverick Viñales
(Yamaha)
El bien se lo ganó por su espectacular primer tercio pero es evidente que en la segunda parte se ganó el suspenso. Ha sido dos pilotos en uno, el rapidísimo al que todo le iba de cara y que se iba a comer el mundo y el deprimido y desconcertado, sin ‘feeling’ ni confianza. Tanto él en particular como Yamaha tienen la tarea de ir y volver del ‘rincón de pensar’ y recuperar el timón