Sin patrón
Ante la ausencia de un equipo dominador, la lucha por el playoff en Tercera es tremenda con ocho equipos en cuatro puntos
Dice el dicho que donde manda patrón no manda marinero. Y sucede que cuando nadie lleva el mando, cuando nadie impone su autoridad, la guerra que se desata por el poder suele ser terrible. Algo de todo esto se puede trasladar este año al grupo vasco de Tercera División, un grupo donde, a diferencia de años anteriores, no hay un equipo o equipos que dominen sobre el resto, convirtiendo al Grupo IV en el más igualado de los 18 que conforman la categoría.
Cuatro puntos, sólo cuatro, separan al hoy líder Santurtzi del octavo clasificado, el Lagun Onak. Y transcurridas ya 14 jornadas, el número de equipos aspirantes a pelear por una de las cuatro primeras plazas es tan elevado como cada cual quiera imaginar.
En otras temporadas, a estas alturas de la película, uno o dos equipos solían dominar con mano de hierro el grupo. Este año, no. Seguramente al inicio nadie hubiera situado en la pelea por el playoff a equipos como el Santurtzi, el Sodupe, la Real C o el Lagun Onak, clubs más acostumbrados a pelear por la permanencia, aunque en el caso de los azpeitiarras de vez en cuando sorprenden colándose en la lucha por el ascenso. A los que no sorprende ver tan arriba son el Beasain y la Cultural de Durango, dos equipos que ya la temporada pasada jugaron la fase de ascenso. ¿Qué hay entonces de esos clubs a los que todo el mundo ponía en las quinielas como claros aspirantes a pelear por una plaza en Segunda División B? ¿Qué hay de los llamados a dominar el grupo?
Pues que la mayoría ya ha cambiado de entrenador, lo que delata las urgencias que en muchos equipos hay por estar arriba. El último caso ha sido el del Sestao, sin duda el señalado desde inicio de temporada como el rival a batir. Pese a haber perdido sólo tres partidos de 14 y a estar a seis puntos del playoff, una distancia asumible, las siete jornadas consecutivas que lleva sin ganar precipitaron el domingo la dimisión de Pablo Turrillas, técnico con más de 500 partidos de experiencia en la categoría y que lo ha debido de ver muy mal para tomar una decisión que, dicho sea de paso, no suele ser muy común en el fútbol. Otro de los equipos llamados a estar arriba era el Portugalete, al que la pasada campaña el Beasain dejó en la última jornada fuera del playoff. Los jarrilleros, con una plantilla espectacular llena de jugadores con experiencia, incluso en categorías superiores, son novenos a cuatro puntos del cuarto clasificado, aunque por el camino ya se han quedado dos entrenadores:
Javi González y Aitor Calle.
El Alavés B, campeón el pasado año y que perdió el ascenso en la tanda de penaltis, era otro de los llamados a estar en la zona noble. Sin embargo, un mal inicio terminó condenando hace unas semanas al guipuzcoano Aitor Orueta.
Ante este desgobierno existente en la categoría son otros equipos más modestos los que han aprovechado para colarse en la parte alta, entre ellos tres equipos guipuzcoanos. Con el Beasain se contaba, aunque le ha costado llegar y no ha sido hasta esta jornada cuando ha logrado por primera vez ocupar una de las cuatro primeras posiciones. La Real C es sin duda la gran sorpresa. Después de años peleando por la permanencia hasta la última jornada, el equipo de Sergio Francisco se ha revelado como un equipo difícil de batir pese a que el domingo el Lagun Onak le zarandeó en Garmendipe. Los de Igor San Miguel en Zubieta muchos se acordarán de él- también se han metido en la pelea por el playoff y, mientras tanto, como el filial txuri urdin, ya han recorrido medio camino hacia la permanencia por si luego vienen mal dadas.
El Beasain sigue siendo la gran esperanza. Los de Urtzi Arrondo comenzaron flojitos, algo lógico si tenemos en cuenta que terminaron muy tarde la temporada y que es en abril y mayo cuando tienen que llegar a tope. Los vagoneros lograron mantener buena parte del bloque que la pasada campaña les hizo soñar con el ascenso y además han conseguido lo más difícil, hacer olvidar a Jon
Ander gracias a los goles de ‘Kaxe’. Si mantienen esta línea ascendente, el conjunto del Goierri puede ser el gran beneficiado de la ausencia de un patrón. Si es por galones, tiene más que nadie