El gran reto de Aperribay
Jon Guridi sigue trabajando en la sombra para dar continuidad a ese sueño que para él comenzó en Gasteiz pero que una lesión de rodilla ha pospuesto hasta principios de 2018. Entonces se unirá a sus ‘quintos’ que ya son una realidad en el primer equipo: Odriozola y Bautista, también nacidos en el 95 y también elegidos para ser el futuro de la Real, del que más pronto que tarde pueden formar parte otros miembros de aquel equipo que disputó la Youth League como Merquelanz o, por qué no, Capilla -los caminos hacia la cima son de lo más diversos-. Del 96 es Gorosabel y del 97 son Guevara, que ya ha asomado en el primer equipo, Oyarzabal y Zubeldia . El club txuri urdin tiene un tesoro en estas generaciones y tiene en el banquillo un técnico que con los jóvenes demuestra la valentía necesaria para explotar lo que viene por debajo. Son generaciones ganadoras, con jugadores con talento y que auguran años de alegrías y prosperidad en la Real. Y precisamente ese es el gran reto de Aperribay. Lograr que estas generaciones sean la base del equipo en el próximo lustro, demostrarles que en la Real pueden encontrar lo que otros les prometen mostrándoles un proyecto ambicioso y, obviamente, los emolumentos que requiere retener a futbolistas que, como son los casos de Oyarzabal u Odriozola, ya están en las agendas de los grandes de Europa. El club tiene ahora la capacidad económica para que sus principales promesas dejen más años buenos en Anoeta de lo que en su día lo hicieron Alonso o Griezmann. Pero más que el dinero pesa el hecho de que los chavales vean que se construirá alrededor de ellos un proyecto ganador y en el que también puedan cumplir sus aspiraciones deportivas