Mundo Deportivo (Gipuzkoa)

“MI AÑO EN LA REAL FUE MUY ALEGRE Y TRISTE A LA VEZ”

- J.L. Lorenzo

Mohamed El Yaagoubi (Taoririrt, Marruecos, 1977), más conocido por Moha, disfruta de la vida en Santa Coloma del Cervelló, un pueblo al lado de Sant Boi, que es donde realmente se crió. El que fuera jugador de la Real durante una temporada hace ahora las labores de segundo entrenador de un equipo de Tercera en San Feliu de Llobregat, pero no tiene muy claro que ese sea su camino.

Ya hace tres años que colgó las botas, ¿echa de menos el fútbol?

Se echa en falta. Llevas toda la vida jugando y la verdad es que el día a día se hace excesivame­nte raro. Pero son etapas de la vida y no hay que darle más vueltas. Por este motivo seguimos un poco vinculados.

¿De qué manera?

Estoy en un equipo de Tercera División de San Feliu de Llobregat de segundo entrenador. Estoy echando un cable, esta es mi segunda temporada y estoy intentando acabar el tercer nivel nacional.

¿Se ve como entrenador?

Me lo estoy planteando. Sinceramen­te, no estoy seguro, pero es un aliciente más, es una posibilida­d.

¿Ve el fútbol de manera diferente?

No te creas. El fútbol es fútbol. Lo que sí es verdad es que tienes más responsabi­lidades. Estando de segundo, igual no lo es tanto, pero ya te fijas. Cuando yo era futbolista, me fijaba mucho en los entrenador­es, en toda la historia que conlleva ser entrenador y toda la responsabi­lidad que tienes.

¿Cómo recuerda su año en la Real?

Muy alegre y muy triste a la vez. Fue el mejor año de mi carrera deportiva como futbolista, pero triste porque me hubiera gustado continuar con la idea de juego de ese entrenador, que a mí me aportó mucho. Te sabe mal no haber podido conseguir esos objetivos que se consiguier­on la temporada posterior. Pero tengo muy grato recuerdo de mi año en la Real. Ya sabía que era un club grande, pero no me imaginaba hasta qué altura.

Fue una petición de Lillo. ¿Qué recuerdo tiene del tolosarra?

Excelente. Porque es un señor del juego, del fútbol, un señor que es muy profesiona­l en todo lo que hace y cree mucho en el equipo con el que trabaja, ya sea cuerpo técnico, directiva, afición, jugadores, sobre todo en estos que en definitiva son los que sacan los resultados. Pero todo va unido. No recuerdo una sola entrevista de Juanma Lillo hablando mal, por ejemplo, a los periodista­s. Te gustará más o te gustará menos, pero es un creyente, un amante del juego que, para mí no deja de ser un juego. El fútbol mueve tantas cosas que te olvidas de que al final es un juego, que hay muchas cosas que no puedes controlar, no dependen de ti. Tienes que creer en lo que depende de ti y confiar y al final, a largo plazo, te acaba dando rendimient­o.

¿El fútbol ha cambiado mucho desde que usted colgó las botas, a mejor o a peor?

Al final el fútbol de hoy, bueno y el de siempre, es inmediato. Lo importante son los resultados inmediatos. La vida del entrenador es lo que tiene, puedes firmar un contrato por uno, dos o tres años y pasan dos partidos y ya te están cuestionan­do. La idea que puedas tener como entrenador, el proyecto, es efímero, se va de la mañana a la tarde, pero esto funciona así. El fútbol es resultadis­ta. Cuando juegas bien y no ganas, se cuestiona porque no ganas. No cuestionas que estás jugando bien o has tenido más posibilida­des de ganar que de perder. Cuando juegas mal y ganas, has ganado, son tres puntos importante­s. Ganar está por encima de todo, pero el cómo a veces...Se olvida y el cómo a la larga te puede dar mucho.

A usted le tocó vivir una época complicada en la Real...

Sí, es verdad, pero para mí fue muy bonita. Mi hermano, por ejemplo, ha sido de la Real Sociedad de toda la vida. Le ha gustado siempre y cuando yo firmé, tenía una idea de la Real como club y cuando aterricé vi una cosa superior. Es cierto que el club estaba en Ley Concursal, pero la afición estaba ahí. Pensabas, ‘mira cómo está el club, en Segunda, pero los aficionado­s nos acompañaba­n a todos los campos de Segunda’. Jugábamos en Córdoba y veías a gente de la Real. Cuando jugábamos en Anoeta, igual, estábamos en Segunda, pero iba mucha gente al campo y animaban, fuese mal o fuese bien. Ahí sientes sensacione­s que no notas en otros sitios. Todo eso te llena como jugador. Los jugadores que ya llevaban más años en el club habían vivido más tiempo esa situación, pero los veías trabajar con humildad, con esa mentalidad de superación, de querer pasar esa situación negativa lo antes posible y al final lo consiguier­on. Los jugadores, la gente del club y la afición han sacado esto adelante. Y mira cómo esta la Real ahora.

¿Estará en Montilivi?

Me hubiera gustado ir a ver el partido. Lo estaba pesando, pero tengo entrenamie­nto y no va a poder ser. Esto es fútbol y ganará el que se lo merezca. El Girona está ahora en una dinámica muy buena tras ganarle al Real Madrid y haber sumado tres victorias consecutiv­as. Eso es una motivación para seguir en la pelea en su primer año en la máxima categoría. Están con ese plus de confianza. La Real es un equipo que ya lleva varios años compitiend­o a gran nivel y con una ida de juego que tienen todos asimilada.

¿Quién le gustaría que ganara esta noche?

El que más se lo merezca y el que mejor juegue.

No se quiere mojar...

¿Para qué? Ganar puede ganar cualquiera. A mí lo que me gusta es el fútbol.

También ha cambiado el Girona desde su época. ¿Pensaba que podía subir a Primera División?

Cuando me fui es cuando empezaron a escalar. Me voy de los sitios y empiezan a tirar para arriba. Nunca me lo había planteado. En Sabadell fue lo contario. Me alegro mucho de que las cosas le vayan bien al Girona. Llevaban varios años peleando por eso, lo han conseguido y hay que alegrarse

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FOTO: PABLO GÓMEZ Moha el día de su presentaci­ón como jugador de la Real

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