LA PRIMERA DEL MAGO
Altuna III se cala la txapela del Cuatro y Medio tras ganar contra pronóstico a Urrutikoetxea El vizcaíno, lejos del nivel exhibido en anteriores partidos, cede ante el juego al límite de su rival
Hace ahora un año, a Jokin Altuna la moneda del 21 iguales le salió cruz. En la final del Cuatro y Medio de 2016, Bengoetxea VI se anotó ese último y le dejó al amezketarra sin la txapela de la que, sin duda, por su juego se hizo merecedor. Ayer, Altuna disponía de una segunda oportunidad. Volvió a meterse en la final de la ‘jaula’ y, como si de un ‘déjà vu’ se tratase, de nuevo se vio con 21-21 en el marcador. Pero esta vez, varió el desenlace. Mikel Urrutikoetxea, su rival, mandó a las tablas un zurdazo con el que echó por tierra su victoria y los pronósticos que le señalaban como fa- vorito a conquistar su segundo título del Cuatro y Medio. Por contra, Altuna III, todo un mago de la pelota, logra se cala su primera txapela como profesional. Pero teniendo en cuenta su juventud (21 años) y su enorme talento, seguro que no es la última.
La final, sin alcanzar un nivel exceso de calidad, sí resultó vibrante por las constantes alternativas en el marcador, la emoción por lo incierto del desenlace y una serie de jugadas polémicas -dos estorbadas, un saque de Urruti que se fue a la raya del pasa y los jueces riojanos dieron por bueno y un pelotazo del vizcaíno que fue desviado por el cuerpo de Altuna- que caldearon el ambiente en un frontón Bizkaia lleno hasta las cartolas. Urrutikoetxea completó el peor partido de todo el torneo con diferencia. Nada que ver con el pelotari que pasó por encima del amezketarra (2212) hace poco más de un mes en la liguilla de cuartos. Únicamente los errores de Altuna -9 pelotar perdidas en total-, lógicos al jugar tan al filo de la navaja, dieron vida al de Zaratamo hasta el último instante e impidieron que el guipuzcoano disfrutara de un triunfo más holga- do.
Jokin salió como un tiro en un abarrotado frontón Bizkaia y en el primer tramo del partido pasó por encima de un Urrutikoetxea atenazado, desconocido. El 1-6 era una amenaza cierta, pero tenía que llegar la reacción del vizcaíno y así fue. Empezó a soltarle más a su pelota, más viva que la del rival, y los tantos empezaron a subir a su casillero.
No tardó Urruti en dar la vuelta a la tortilla con el 8-7. El incendio parecía camino de sofocarse, pero nada de eso ocurrió. Altuna siguió aferrado a su juego al límite y, a rachas, le salía bien. El partido se convertía en un duelo de sokatira y el gipuzkoarra se ibas hasta el 8-10.
Aunque en el peloteo se topaba con problemas, Urrutikoetxea empezaba a hacer daño con el saque -se anotó 4 tantos directos, por solo uno y dos faltas de Jokin- y abría un hueco que parecía decantar el pulso (14-10). Pese a varios acercamientos del guipuzcoano, el de Zaratamo mantuvo la delantera en el marcador hasta el 18 iguales.
Intercambio agónico
En ese momento, con las reservas muy justas en ambos pelotaris, todo se convirtió en un cara y cruz. El intercambio final de golpes resultaba agónico. Altuna se puso con 20-21, pero Urruti se ganó su ocasión para hacerse con la txapela con una potente cortada en largo a pared izquierda. En el último tanto, el vizcaíno acarició el cartón del 22, pero con una defensa terrible, el de Amezketa le hizo una difícil dejada al txoko y, al intentar cruzarla de zurda, Urrutikoetxea devolvió la pelota a la contracancha.
Al de Zaratamo, que no supo inponer su mayor pegada, se le escapó su segunda txapela del Cuatro y Medio. A Altuna, el ilusionista del frontón, el que busca el ‘oh’ del público en cada golpe, esta vez el truco final le salió bien. Y, como pasa muchas veces, el dinero, que se cantó de salida doble a sencillo a favor de Urrutikoetxea, se equivocó de bando