Ni Europa sirve como terapia
La Real también cae contra el Zenit y da continuidad a la mala racha de resultados en la que está inmersa
La Real, lejos de atajar los problemas que viene padeciendo de un tiempo a esta parte, ve cómo estos siguen agravándose con un nuevo traspié sufrido, en esta ocasión en la Europa League, una competición en la que salvo por lo acontecido en San Petersburgo, venía cumpliendo de una manera ejemplar, sumando sus otros cuatro encuentros por victorias. Europa se había convertido en la terapia necesaria ante los males sufridos por este equipo en Liga, pero ayer ni eso. Europa, mejor dicho el Zenit, acrecentó aún más las dudas que la Real comienza a generar entre la parroquia realzale.
El triunfo ante el Rosenborg, conseguido de aquella manera con ese postrero gol de Mikel Oyarzabal, hizo albergar muchas ilusiones a la hinchada blanquiazul de terminar la fase de grupos en primera posición. Solo había que ganar en Anoeta al Zenit. Bastaba un triunfo, pero éste no llegó. De hecho, estuvo muy lejos. Cuando más cerca parecía, llegó un jarro de agua fría definitivo en forma de golazo por parte de Ivanovic, que se sacó una chilena para enmarcar y poner el balón muy lejos de un otra vez desacertado Gero Rulli. Antes había sido Erokhin el que había conseguido adelantar a los de Mancini. Faltaba por llegar un tercer gol, el de Paredes. Tres goles que vienen a evidenciar, una vez más,
los problemas defensivos que sigue teniendo este equipo y que, por lo visto, Eusebio y su equipo de trabajo no consiguen erradicar.
Porque, otra vez, sin mucho, el equipo rival ya había conseguido ponerse por delante. La Real estaba siendo la dominadora del encuentro, pero en uno de los pocos ataques del Zenit, el anteriormente citado Erokhin, ya había perforado la portería de Rulli, que había despejado de manera errónea un lanzamiento de Rigoni. Tampoco Iñigo había estado muy acertado en la salida de balón. La endeblez defensiva le había vuelto a jugar una mala pasada al equipo blanquiazul. Willian hizo pensar con una remontada que nunca llegó porque, otra vez, la Real concedió más de la cuenta y lo acabó pagando.
Desde esa victoria frente al Rosenborg del pasado 23 de noviembre, la Real ha jugado cuatro partidos y no ha sido capaz de sumar una sola victoria. Un pobre empate frente a Las Palmas ha sido todo su bagaje en este tramo de la competición en el que, según Eusebio,se podía decidir cuál iba a ser el futuro del equipo. No pinta muy bien a estas alturas, más que nada por las sensaciones, que no están siendo positivas. Tras el empate frente al conjunto canario llegó la debacle copera ante el Lleida. Tampoco resultó terapéutica la visita al Wanda Metropolitano, donde tras una primera parte prometedora, en el segundo acto echó por tierra todo ese buen trabajo y cayó ante el Atlético de Madrid.
Y ayer, con el primer puesto en juego, la Real evidenció una serie de limitaciones que le impidieron competir de tú a tú frente al Zenit que se llevó los tres puntos con todo merecimiento. Europa tampoco sirvió, esta vez, de terapia
El gol de chilena de Ivanovic supuso un jarro de agua fría para los txuri urdin