Más que preocupante
La Real sigue haciendo todo lo que está en su mano para que las dudas surgidas en torno al equipo continúen creciendo a pasos agigantados. La situación comienza a ser más que preocupante para un equipo al que se le ha olvidado ganar. Ya no es que no defienda bien, que volvió a quedar de manifiesto con fallos impropios de un equipo de primer nivel, sino es que además, a diferencia de lo acontecido por ejemplo frente a Las Palmas, ayer apenas puso en apuros la portería que defendía Roberto. Dos disparos entre los tres palos, y uno de ellos una postrera volea de De la Bella, en los 90 minutos es muy poco bagaje para un equipo que se jacta de tener un potencial ofensivo digno de mención. Pero el problema de la Real va mucho más allá de cuestiones futbolísticas, que también. Parece un tema anímico.
La Real comienza a quedarse sin excusas. El equipo blanquiazul fue incapaz ayer de derrotar al Málaga, colista de la clasificación, y que ni tan siquiera había podido puntuar en ninguna de las siete salidas que había realizado hasta la fecha. Sin embargo, fue capaz de sacarle los colores al equipo de Eusebio, tras un partido nefasto de los realistas, más imprecisos y perdidos que nunca. La idea futbolística que Eusebio defiende a capa y espada comienza a estar en entredicho y eso quizá sea lo peor que le pueda pasar a este equipo, que terminó siendo muy pitado, pero no solo cuando Del Cerro Grande decretó el final de la contienda. El propio Eusebio con sus decisiones -incomprensible el cambio de Bautista por Willian-, Rulli e Iñigo no se libraron de los pitos de una afición que no entiende cómo su equipo, en poco más de un mes, ha variado tanto de registro. Urge levantarse cuanto antes porque a la vuelta de la esquina esperan San Mamés y el Athletic. Pinta mal