LA CONCHA SE GANA EN INVIERNO
MD comparte con Orio un entrenamiento en el que Salsamendi explica los detalles de la pretemporada
Las banderas llegarán en verano, pero es en invierno cuando comienzan a ganarse. Cuando el frío, el viento y la lluvia ensombrecen los días e invitan a quedarse junto a la calefacción, los remeros salen al agua para iniciar una pretemporada dura pero sin la cual no se entienden los éxitos del verano. MD ha querido comprobar cómo trabaja durante este invierno una de las traineras importantes del Cantábrico y ha puesto sus ojos en Orio.
Allí, Jon Salsamendi dirige la fase inicial de un proceso que el propio preparador oriotarra define como “los primeros pasos para empezar a quitar roña”. El entrenador de la ‘San Nikolas’ explica que “simplemente tratamos de activar las tres principales vertientes de la preparación: la física, la técnica y la psicológica”.
En este primer paso, “lo que hacemos es transmitir unas ideas y unos argumentos muy sencillos, pero a la vez muy contundentes, intentando encarrilar un poco al remero a que prepare su cuerpo y su mente para afrontar otra temporada y para que entrene como tiene que entrenar. Porque esta fase no es de entrenamiento sino de preparación de cuerpo y mente para poder entrenar” porque “lo que yo llamo entrenamiento es a partir de enero”, explica Salsamendi.
En la preparación de invierno lo que se busca es “tratar de mejorar a nivel individual, sacando de cada uno lo mejor para que en verano obtengamos el resultado”. Para ello, “lo que hacemos es buscar en cada remero cuáles pueden ser los aspectos en los que puede, como mínimo, igualar el rendimiento del año pasado y, si se puede, mejorarlo porque tenemos bastante claro que si no hay nuevos estímulos, no hay nuevas adaptaciones y no hay posibilidad de mejora. Siempre hay que incorporar nuevos estímulos porque si no, no hay mejora y cuando no hay mejora ni siquiera te mantienes, si no que empeoras”.
Salsamendi matiza que “los objetivos de esta primera fase a priori son sencillos, pero esto es como los estudios. Lo que no hagamos ahora, luego no hay tiempo de recuperarlo porque luego es tiempo de hacer otras cosas”. Por ello, cree que “estos son trabajos llevaderos, pero en los que hay que implicarse y hacerlos bien, tanto para tratar de conseguir nuevas adaptaciones como, sobre todo, para no arrepentirnos después”.
Las fases de la preparación
La preparación invernal tiene diferentes fases y los días de entrenamiento también varían. “Ahora mismo, hasta Reyes, son cinco días a la semana y a partir de Reyes son seis días”, comenta Salsamendi. De todas formas, “siempre hay alguna semana especial en la que puede ser que por carga o por descarga pueda no haber descanso o pueda haber más descanso que un día” aunque “normalmente la rutina suele ser cuatro días de entrenamiento en noviembre, cinco en diciembre y seis a partir de enero”. Después, en Semana Santa, “hacemos un parón de cinco días y luego lo retomamos”.
En esta primera fase de preparación se trabaja más en el gimnasio que en el agua aunque en el interior de las instalaciones “hay muchas cosas variadas”. El entrenador oriotarra recalca que “yo al trabajo de gimnasio le llamo trabajo de chasis y así se lo transmito a los remeros. Nosotros ahora mismo, para fortalecer el chasis, tenemos que pasar por todas las etapas del proceso”. En esta primera fase hay “mucho trabajo de
core, mucho trabajo de elasticidad y de coordinación para luego, en enero y febrero, poder hacer el trabajo de fuerza. Y en primavera tratamos de transformar esa fuerza en potencia”.
Ese es el trabajo que entra dentro del gimnasio pero “dentro del club se hacen también otros trabajos como por ejemplo el remoergómetro, que es una máquina donde metemos muchas horas y donde cada remero maneja sus intensidades y debe invertir los minutos de trabajo obedeciendo a sus intensidades dentro de lo que le proponemos después de hacerle las evaluaciones que solemos hacerles mensualmente”.
Pese a que a estas alturas la mayoría del trabajo se realice en tierra, “en diciembre hemos empezado con una o dos sesiones a la semana de entrenamientos en el agua que normalmente suelen ser los fines de semana”. Además, “como hasta Reyes los domingos no entrenamos, estamos intentando remar los viernes y los sábados”. De todas formas, muchas veces “no conseguimos remar dos días a la semana, pero por lo menos un día, sí”.
Salsamendi añade que “a partir de enero empezaremos progresivamente a aumentar los días de entrenamiento en agua, tanto en banco fijo como en banco móvil, pero prácticamente hasta Semana Santa el 80% del trabajo es dentro del gimnasio o por lo menos en tierra”