A la altura de la camiseta
Una parte del parón competitivo de 18 días por Navidad ha tenido a la camiseta como comidilla en los incansables mentideros realistas. Estalló por los aires el escándalo relacionado como el patrocinador principal, acusado de estafa e incumplidor con la cuota de este año. Una calderilla de cerca de dos millones. La consecuencia es que a la zamarra se le caerán desde hoy esos gigantescos caracteres chinos que la manchaban y lucirá limpia e impoluta. Y para que la chapuza tuviera un bonito colofón, la Real se ve obligada a suplicar a su oponente que vista su segunda camiseta a pesar de jugar en casa. El gigante Adidas cerraba por Navidad y solo había una partida desprovista de pa- trocinador de la primera equipación. Ligado a es- to, se ha sabido que el club cambiará de firma que la viste desde el próximo curso y abandonará las multinacionales que le han ninguneado sistemáti- camente con modelos iguales a otros equipos e in- diferencia ante las necesidades. Sea Macron o cualquier otro el nuevo equipador, roza lo imposi- ble que hagan una camiseta más incómoda de ver, dicho eufemísticamente, que el actual pijama de rayas. Y a pesar de todo, mucho más importante que esa segunda piel es estar a la altura de la cami- seta txuri urdin. Eso les toca hoy a los realistas