Magnifica presion

MESSI VOLVIÓ A SALIRSE en otra exhibición y el fútbol del Barça brilló en ataque, con cuatro goles superando con mucha autoridad a un Celta que nada pudo hacer ante un bloque que, por encima de su letal capacidad goleadora, bordó la presión en el mediocampo. Esa es un arma básica en el equipo de un Valverde que destila buena gestión e inteligencia. Dembélé acabó entusiasmando a la afición blaugrana en instantes de la segunda parte, pero lo más importante para el juego colectivo fue la magnífica presión ejercida por los futbolistas blaugrana.

VALVERDE ALINEÓ A LA CONEXIÓN portuguesa Semedo y André Gomes en el equipo tipo. Ambos demostraron el acierto de la elección del técnico del Barça. La rapidez del lateral, uno de los mejores correctores de esta Liga, y la utilización de las características de André más liberado jugando entre el centro del campo y la delantera impidió que el Celta efectuara las más rápidas transiciones. Ahí influyeron también Rakitic y, sobre todo, Busquets, junto a Alba. El Barça inutilizó el mayor poderío celtiña. Y Messi abusó en un equipo que controló el encuentro y ha ganado en confianza con los buenos resultados y la mejora del fútbol practicado. La recuperación de la pelota por parte de los futbolistas blaugrana fue tan buen espectáculo como su generosidad goleadora. LA OTRA CONEXIÓN QUE QUEDÓ CLARO que esta temporada está explotando, pero que no es nueva, fue la Messi y Alba, dos jugadores que han hecho olvidar a Neymar en la banda izquierda. Juegan de memoria no hace falta que se busquen porque se intuyen. Aquella gran conexión que el argentino estableció en su día con Alves en la mejor banda derecha la tiene ahora con Alba en la izquierda. Unzué, esta vez, no pudo explotar esas bandas, bien cubiertas por la presión. Al final tres cracks acabaron siendo ovacionados en el estadio al ser sustituidos: Piqué, Messi e Iniesta. Tres iconos