ANTE EUSEBIO SU PASADO
El técnico afronta su partido más crítico en Anoeta ante un Celta que le dio la alternativa en los banquillos El encuentro será un plebiscito para el entrenador, tan negado a revisar su propuesta como obligado a ganar
Eusebio Sacristán afronta el domingo su partido más crítico desde que se hiciera cargo de la Real en noviembre de 2015. A excepción de algún altibajo en el final de su primera campaña en Donostia, el técnico vallisoletano prácticamente sólo ha conocido días de rosas en Anoeta. Ahora que la situación se ha tornado complicada, el entrenador vivirá una suerte de plebiscito el domingo ante el Celta, el equipo que le dio la alternativa en los banquillos profesionales, allá por 2009.
La cita tiene más trascendencia de lo que pueda parecer. No tanto en lo referente al futuro de Eusebio ya que no estamos en una situación de ultimátum ni parece que se la juegue frente al Celta, pero sí en lo que concierne a la viabilidad de su ideario, más en entredicho que nunca. El partido, necesariamente, marcará un antes y un después en lo que a la metodología del entrenador se refiere ya que Eusebio está tan necesitado de ganar como empeñado permanece en no variar un ápice la forma en la que él entiende debe jugar la Real. Las consecuencias de otro partido sin victoria, el segundo consecutivo en Anoeta, no son fáciles de prever y si bien nada apunta a una destitución fulminante en caso de no ganar, a nadie se le escaparía que el entrenador quedaría muy tocado si no sale vencedor del pulso que le plantea el Celta.
Eusebio sólo puede salir o reforzado o hundido del choque del domingo. Si su equipo es capaz de dar síntomas de recuperar algo de la fluidez de ese juego en el que su entrenador cree de forma ciega, sacará la cabeza a flote. De lo contrario, sólo ahondará en la sensación de estar en un callejón al que no encuentra la salida. En el peor de los escenarios, la reacción del