ENCHUFADO Carreño y los 40 ‘aces’ de Muller
Rafa Nadal, lanzado a octavos contra Schwartzman tras arrollar también al bosnio Dzumhur, 6-1, 6-3 y 6-1 Alertado por una mala experiencia en Miami, atacó a fondo; y existe la posibilidad de un cruce con Carreño
Rafa Nadal controla cada detalle. Siente que el tenis le acompaña, su nivel de confianza aumenta con el carrusel de golpes ganadores que está sumando. Cada victoria supone una afirmación de que se halla a punto por mucho que su pretemporada se retrasase por las molestias por estrés en la rodilla derecha y se presentara en Melbourne sin el aval de los partidos oficiales. A sus 31 años mantiene el afán y concentración de rigor. Esa capacidad innata de progresar a diario provoca que no haya descuido posible. Y así se refleja en la cancha.
Observó el cruce de tercera ronda con el bosnio Damir Dzumhur, 25 años y 30º del ranking mundial, y enseguida vino a su memoria el amargo recuerdo de Miami 2016, cuando un golpe de calor le condenó al abandono cuando cedía por 2-6, 6-4 y 3-0. Padeció un golpe de calor, temió desmayarse, por lo que solicitó la presencia del médico, que le tomó la tensión in situ. Pese al mareo, también tomó nota de las capacidades del balcánico.
Estudió la situación actual Nadal. Más calor aún en Melbourne, aunque mitigado por la programación (la organización cuida a los cracks) del duelo en horario local vespertino, aunque fuera a costa de no ir a la central, sino competir en el segundo estadio, el Margaret Court Arena. Y un Dzumhur mejorado respecto a aquel antecedente, no en vano levantó los trofeos ATP de Moscú y San Petersburgo en la recta final de 2017.
Un cóctel que lanzó a Nadal hacia su pase a octavos. Alertado, “salí a atacar. No tenía un buen recuerdo con Dzumhur, sé que es un adversario peligroso, que da un ritmo raro al partido y que te la puede liar en cualquier momento. Por eso nunca dejé de atacar”, resumió el nº 1 tras haber arrollado al bosnio, a quien en 22 minutos había desquiciado con un 6-1.
Lo intentó Dzumhur, pero no hubo piedad. Nadal no se fiaba de él, y ante temperaturas altas nada mejor que economizar esfuerzos ya que el torneo es largo. En 1h.50’ liquidada la clasificación. Mañana, en octavos, el argentino Diego Schwartzman, con quien presenta un palmarés favorable de 3-0. El ‘Peque’, apodado así cariñosamente por sus 170 centímetros de estatura, firmó su mejor resultado en el Grand Slam de las antípodas ganando al ucraniano Alexandr Dolgopolov 6-7 (1-7), 6-2, 6-3 y 6-3.
Otro adversario de fondo, de tiros agresivos. Carlos Moyà, entrenador de Nadal, se dio un margen de tres encuentros para pensar en cotas mayores. Estrella Burgos, Leo Mayer y Dzumhur no se libraron de la trituradora Nadal, que emite signos de hallarse listo para todo, a falta de conocer su reacción ante dificultades reales.
De momento va a lo suyo, aplicándose en dotar a su tenis de ese plus de agresividad que precisa para brillar en pista dura. El saque acompaña, su derecha va como un tiro y camina hacia adelante, nada de echarse por detrás de la línea de fondo.
Sólo pensará en Schwarzman, aun sabiendo que existe la posibilidad de un derbi del tenis español en cuartos si el asturiano Pablo Carreño continúa adornando el que ya es su mejor Open de Australia. El semifinalista del US Open’17, contrarrestó con solidez los 40 ‘aces’ del zurdo luxemburgués Gilles Muller. Victoria meritoria por 7-6 (4), 4-6, 7-5 y 7-5, y cita con el croata Marin Cilic, sexto cabeza de serie. Crece el nivel
Rafa Nadal “He salido a atacar porque sé que Dzumhur es un rival peligroso y te la puede liar en cualquier momento. Y tenía el mal recuerdo del golpe de calor sufrido en Miami, en 2016, ante él” “He puesto un ritmo alto de juego con mi derecha, entrando todo el rato en pista. Es para sentirse feliz, he hecho un buen partido”