¡Trata de amarrarlo Carlos!
El español está a sólo 120 kms de especial y 166 de enlace de conquistar su segundo Dakar hoy en la última etapa, con final en Córdoba
Carlos Sainz y su copiloto Lucas Cruz son los virtuales ganadores del Dakar 2018 en la categoría de coches al cierre de esta edición, con la penúltima especial todavía en marcha. El madrileño y el barcelonés están a tan sólo 120 kms de especial y 166 de enlace de ganar hoy su segunda corona en la última etapa de la mítica carrera. La jornada de hoy debe de ser un trámite para Sainz, que tiene que olvidarse de sus rivales y pensar única y exclusivamente en llevar su Peugeot 3008 DKR a la meta de Córdoba.
Carlos ya avisó hace unos días que tiene “el pelo con canas y unos cuantos rallies a mis espaldas” que deben ser suficientes para asumir el reto. Lo difícil está hecho, pero no hay que confiarse y, tras encontrar en los últimos días el ritmo adecuado como para no sufrir averías, a Carlos le queda dar tan sólo el último paso ya sin Peterhansel en la lucha por arrebatarle el Dakar.
El francés ha sido víctima de toda la mala suerte que este año, por fin, no ha salpicado a Carlos Sainz. El español le arrebató el liderato al galo en la 7ª etapa después de que ‘Monsieur Dakar’ se quedara parado en la especial de La Paz y Uyuni, y desde entonces Carlos aguantó todos los ataques de su compañero hasta que el pasado jueves se dio por vencido. “Carlos es justo vencedor del Dakar”, apuntaba antes de la etapa de ayer en un Dakar que no tuvo clemencia con el francés.
La mala suerte volvió a cebarse con Peterhansel en el kilómetro 50, cuando su buggy se quedó encallado unos minutos en el fesh-fesh. Tan sólo 28 kms después tuvo un accidente en el que dañó la dirección de su Peugeot, perdiendo casi una hora y diciendo adiós al podio, dejando a los Toyota de Al-Attiyah y De Villiers, en la 2ª y 3ª posición de la general, este último beneficiado por el abandono de Ten Brinke.
Ocho años después
Ajeno a ello, Carlos fue a lo suyo, consciente de que el Dakar no está ganado hasta que cruce la meta, posiblemente recordando aquel triste final del Rally de Gales de 1998 y el famoso grito de Luis Moya que hoy todos los españoles cambian por un “¡trata de amarrarlo Carlos!”. A sus 55 años, se prepara para disfrutar de nuevo de la victoria 8 años después de su único cetro en el Dakar. Curiosamente, en Córdoba, donde ganó su última prueba del WRC en 2004 con un Xsara. El destino es caprichoso pero el Dakar no suele serlo. Premia a los mejores si estos insisten. Sainz no ha dejado de hacerlo
1 PACIENCIA Carlos debe pilotar sin tomar riesgos, consciente de su amplia ventaja 2 TRABAJO EN EQUIPO Despres y Peterhansel serán sus escuderos durante toda la etapa