Verde que te quiero, verde
El Leganés lució un color sinónimo de vigorosidad y viveza
El vocablo ‘verde’, el color de la indumentaria que lució el Leganés en el Santiago Bernabéu, deriva del latín ‘viridis’, que podría traducirse como vigoroso, vivo, joven. Así se mostró el equipo de Asier Garitano en Chamartín, donde dejó KO al Real Madrid en una Copa del Rey en la que los blancos han pasado sin pena ni gloria después de eliminar a Fuenlabrada y Numancia.
Verde, como palabra, también se usa en la expresión ‘poner verde’, es decir, colmar a alguien de improperios, hablar mal de una persona, criticarla especialmente cuando no se encuentra presente. Asimismo podría servirnos para el caso, para poner a caldo a un equipo, el madridista, que aunque estuvo físicamente en el césped, pareció ausente.
El verde es, además, un color juvenil, que transmite una imagen innovadora, fresca y atractiva. Símbolo de lo vital, de salud, en definitiva. Todo lo que desprende el Leganés y todo lo que no irradia el Real Madrid. Un alma en vilo. Esto es lo que el actual equipo de Zidane, al que ya solo le puede salvar la Champions después de su debacle ante un Leganés que demostró no ser el Deportivo, el que fue oasis liguero del conjunto de Zizou. El 7-1 del pasado fin de semana se antoja como un espejismo, al menos mientras juegue la ‘segunda unidad’. Qué lejos queda aquel ‘equipo B’ que el pasado curso pasaba por encima de los rivales.
Verde es sinónimo de fresco y se opone a lo marchito, árido o mortecino, lo que es ahora el Real Madrid. Verde es el color de lo saludable pero curiosamente también es el color de lo venenoso. Que se lo digan a los ‘Zidane boys’, a los que les espera unos días de chistes, y no precisamente verdes.
‘Verde que te quiero, verde’, es- cribió Federico García Lorca en su ‘Romancero gitano’. También debe estar queriendo mucho la afi- ción del Leganés a los suyos, unos jugadores vestidos de verde que, sin ser extraterrestres, sí fueron unos ‘monstruos’ que sembraron el pánico en el Bernabéu. Al Ma- drid, mientras, en su particular ‘Casablanca’, siempre le quedará París. El PSG, que al menos ningu- na de sus camisetas es verde
El 7-1 al Dépor fue un espejismo; el Madrid es un equipo árido, marchito y mortecino