Otro pinchazo en el sprint final
La venta de Babic evidencia que nunca fue fácil asentar en el primer equipo a un fichaje del Sanse
A principios de la actual década, la Real introdujo un nuevo estatuto en su código interno, tan ligado siempre a fabricar materia prima autóctona. En los despachos de Zubieta surgió la idea de fomentar un movimiento que ha ido cobrando peso con el paso de los años: fichar de clubs no convenidos prometedores jugadores que algún día pudieran dar el salto al primer equipo. Sólo ha funcionado de vez en cuando.
El último en pinchar la rueda a la hora de acometer el sprint final ha sido Srdjan Babic. El Estrella Roja pagará a la Real 800.000 euros por fichar a este corpulento defensa central serbio que llegó a Zubieta en 2015 a cambio de un millón de euros. Su máximo valor en el pri- mer equipo fue apuntar maneras en las pretemporadas.
No es el único caso. En la temporada 14/15 hubo un boom de futbolistas criados en otras latitudes que interesaron en Zubieta y que aterrizaron en la Real con el cartel de presuntas estrellas. Se fueron estrellando con el techo de Primera División, tan impenetrable como la materia.
Son Víctor Fuchs, Jonathan Nanizayamo, Darlan Bispo o Alexander Callens. También Héctor Hernández, el lateral izquierdo que la Real captó del Zaragoza y que está cedido en el Alavés. Vapuleado por las lesiones, no ha debutado todavía en Liga. El resto de los referidos no tuvieron la ocasión de dar el gran salto, salvo en alguna convocatoria esporádica sin relumbrón.
Abou Diarra, hoy en día en las filas del Sestao, es un fichaje contemporáneo de Babic (15/16). Un mediocentro de Mali que ni siquiera fue candidato al primer equipo. Al cabo de unos meses irrumpió en Zubieta Kevin Rodrigues, una lateral zurdo de última generación: antes había sido extremo.
Eusebio Sacristán no le perdía de vista cuando jugada en el Sanse y lo reclutó para la máxima categoría. El de Baiona contó con un
A principios de década surgió la idea de captar lejos de Zubieta promesas para la Real
Sisniega o Agustín Dávila buscan emular a Kevin, la excepción que confirma la regla
guiño decisivo: ser plato de buen gusto para el entrenador. Está camino de consolidarse. Es la excepción que confirma la regla: nunca fue fácil asentar en el primer equipo a un fichaje del Sanse.
Los aventureros que actualmente pasan por el desfiladero son Pablo Sisniega, portero mexicano del Sanse; Robin Le Normand, central francés del filial; y Agustín Dávila, delantero uruguayo que milita en la Real C