Una alegría indescriptible
Hay tantos motivos por el que un aficionado de la Real quiere ganar en el Santiago Bernabéu que esta columna de opinión se queda corta para enumerarlos uno por uno. Han sido tantas las tropelías que ha sufrido el equipo blanquiazul que duele. Tampoco hay que echar la vista muy atrás en el tiempo para darse uno cuenta de esta cuestión. A todos los realistas de corazón nos vienen a la memoria los acontecimientos sucedidos el 30 de diciembre de 2015, con una actuación arbitral de otra época, de otros tiempos que parecían olvidados. Más allá de los penaltis, que también, en los que González González se equivocó en todas sus decisiones tomadas, más importante que todo eso, fue que allí, ante la pasividad de este árbitro, se quedó en el camino el mejor Imanol Agirretxe de la Real. Más de dos años después, el delantero sigue en su empeño de volver a disfrutar del fútbol. No solo eso, de alcanzar ese nivel que le convirtió en uno de los mejores delanteros en el panorama nacional. Mañana sábado, si Eusebio Sacristán lo estima oportuno, podría volver a pisar ese fatídico verde. ¿Se imaginan al ‘9’ sacando sus alas a pasear por el coliseo merengue? Sería indescriptible, un sueño hecho realidad. Como también lo sería que Asier Illarramendi, alo Piqué, hiciera callar al Bernabéu después del trato que recibió el mutrikuarra durante sus dos años en la casa blanca. Illarra, contrariamente a lo que muchos pensaban en la capital, vuelve convertido en uno de los mejores centrocampistas del campeonato y se enfrentará a un Madrid que vive su peor momento en años. Mañana puede ser el día de empezar a cobrar todas y cada una de las injusticias sufridas en Chamartín. Tres puntos que sabrían a gloria para una afición que no cabría en sí de gozo