Adora la pastela y las meriendas con la plantilla

A Tanis Marcellán le sopla el viento a favor en Melilla. No ha podido tener mejor arranque en el terreno deportivo y fuera del campo, todo va a pedir de boca. Ni la gastronomía puede con él. “Es curioso porque me encanta la comida con un toque árabe, el curry y cosas así”, sonríe.

En sus incursiones por la ciudad ha encontrado “menús a 5 euros donde comes como si no hubiera un mañana”. Y entre plato y plato, ya ha encontrado su receta favorita: la pastela. Su similitud con el euskera queda ahí, en el nombre: “Es como un hojaldre, que lleva azúcar por fuera y lo rellenan con pollo y almendras”.

El abrazo culinario también llega desde el vestuario. “Me arroparon muy rápido y solemos ir a menudo a merendar todo juntos”, desvela.

La soledad ya no le provoca heridas. “Llevo dos años independizado y fuera de Donostia y me las estoy apañando sin problemas”, relata. La familia suele acudir al rescate. “El aita se apunta a cualquier guerra, en Zubieta no se perdía ni un solo entrenamiento”, refleja.

Traer a los amigos se antoja más complicado. “Ahora están estudiando y cuando yo acabe aquí seguirán con exámenes”. Por si acaso, lanza el anzuelo. “A partir de marzo se puede ir a la playa todos los días”, invita