Una primera parte impropia
La Real encajó cuatro goles, la madera escupió dos remates del Madrid y Asensio falló a puerta vacía
La primera parte de la Real pasa a formar parte de la galería de los horrores txuri urdin. El primer acto que firmaron los jugadores blanquiazules cabe ubicarlo a la altura de los grandes desastres de la historia reciente del club realista. Porque más allá de los cuatro goles encajados, que también cayeron en hace sólo dos semanas en El Madrigal, la Real fue un pelele a merced de un Madrid al que resucitó tras los peores meses de los últimos tiempos.
Para los 50 segundos los blancos ya celebraban el primero de la noche pero es que a los seis ya habían estrellado el balón en la madera.
Para el minuto 39 el balance era el siguiente: cuatro goles encajados, dos postes y una ocasión clamorosa fallada por Asensio a puerta vacía. El resultado pudo ser de escándalo.
Y todo eso sin que los de Eusebio descubrieran de qué color vestía Keylor Navas porque no trenzaron ni una sola jugada. La Real era tan nula con balón como sin él y ofreció la imagen más pobre en mucho tiempo.
El Real Madrid presionó con fiereza la salida de balón realista y cualquier intento de jugar la pelota terminaba en botas merengues, ya fuera tras un envío a la nada de Gerónimo Rulli o después de que alguno de los zagueros se quitara el cuero de encima agobiado por la presión del rival.
La libreta de Eusebio no ofrecía ninguna solución a la puesta en escena blanca y la Real se fue al vestuario masacrada y humillada. Costará olvidar en Donostia esos 45 minutos