Rakitic y la entrevista inquietante

El futbolista del Barça fue sometido a un interrogatorio sobre los detalles de su noviazgo

Ivan Rakitic fue el lunes a El Hormiguero. Es difícil poder acceder a un jugador del Barça y tener tiempo para hacer una entrevista larga y distendida. Pero Pablo Motos aprovechó la oportunidad para someter a Rakitic a un desconcertante tercer grado para saber hasta el último detalle de su relación de noviazgo con la chica que luego se convirtió en su mujer. Aguantamos una sesuda tesis doctoral sobre la vida sentimental de Rakitic. Fue inquietante. Motos empezó por preguntarle cómo se conocieron. Y el jugador explicó que, al llegar a Sevilla, vio a una camarera y supo que se casaría con ella. Y empezó el interrogatorio. Segunda pregunta: “Tú no tenías ni idea de español. ¿Qué hiciste para conquistarla?”. Tercera: “¿Cuántos cafés aproximadamente te tomaste? ¿Fue así, entrar, decir hola? ¿Cuántos cafés?”. Cuarta pregunta: “Cuando estás enamorado… Cuando ibas al restaurante, entrabas y la veías, ¿sentías electricidad?”. Quinta: “¿Cuántas veces le pediste para salir?”. Parecía imposible, pero Motos seguía indagando obsesivamente sobre el mismo tema. Sexta cuestión: ¿Y cómo fue? Estuviste de enero a agosto haciendo jornales. ¿Cómo conseguiste que saliera contigo la primera vez?”. Motos quería saberlo todo. El cuestionario era turbador. “¿Qué decía ella para no salir? ¿Te decía ‘no me gustas’?”. Este interrogatorio te lo hacen en la barra de un bar y es para salir corriendo. Tan ofuscado en lo mismo, monotemático, husmeando sobre los detalles de una pareja enamorada. Y Motos, dale que te pego después de los anuncios: “Quiero seguir un poco con tu historia porque es chula. Estás en Sevilla, con Raquel y, ¿cómo fue para un suizo-croata conocer a sus suegros sevillanos? ¿Esa primera cena o comida cómo fue?”. Novena pregunta: “¿Entendías algo a tus suegros?”. Décima: “¿Te liaste con las uvas, ¿no?” le preguntó para saber los detalles del primer fin de año juntos. Y terminó pidiéndole que tradujera al croata la canción de Bisbal que le cantaba a su mujer. De los veintidós minutos en la mesa charlando con Rakitic, Motos desperdició catorce hurgando y curioseando en su noviazgo de hace años. Pocas entrevistas a un futbolista tan perturbadoras como esta