El ‘tomate volador’ agranda su leyenda
El americano Shaun White, tercer oro tras Turín’06 y Vancouver’10 en ‘halfpipe’
Shaun White volvió a hacer historia ayer en PyeongChang. El estadounidense se colgó la medalla de oro en la prueba de ‘halfpipe’ de snowboard, como ya había hecho anteriormente en los Juegos de Turín 2006 y Vancouver 2010.
El ‘tomate volador’, como se le conoce desde que ganó en Turín con una gran melena pelirroja, se resarció de la decepción sufrida hace cuatro años en Sochi, donde se quedó a las puertas del podio, y volvió a demostrar que es el más grande en su disciplina.
White, nacido hace 31 años en San Diego (California), ya había dado un golpe psicológico, al ganar la calificación con una puntuación de 98.50, que superó en tres cuartos de punto la marca con la que este miércoles capturó en Phoenix Park su histórico tercer título.
Dominio desde el principio
Su primer ejercicio (94.25) ya le valió el liderato provisional, con dos puntos y 25 centésimas sobre al australiano Scotty James -campeón mundial el año pasado en Sierra Nevada-, que al final se conformaría con repetir el bronce de Sochi. El japonés Ayumu Hirano tomó la delantera, con un ejercicio en el que ‘planchó’ dos 1440 seguidos, tras la segunda ronda (95.25), interrumpida unos minutos por el accidente de su compatriota Yuto Totsuka, que hubo de ser evacuado de la pista en camilla.
Pero el nipón, de 19 años, acabó repitiendo en PyeongChang el segundo puesto que había logrado en Rusia hace cuatro años.
Porque White, al que en octubre le tuvieron que dar 62 puntos en la cara tras sufrir un espectacular accidente mientras se entrenaba en Nueva Zelanda, demostró que la veteranía es un grado.
El ‘tomate volador’ comenzó a practicar el snowboard inspirado por su hermano mayor, Jesse, sabe de sobra que al estrellato no se llega por casualidad, así que, en el momento determinante, no perdió los nervios. Igualó en su último ejercicio los dos 1440 de Hirano y acabó superando al joven japonés en dos puntos y medio.
Logró un tercer oro de leyenda. Y abandonará Corea del Sur tras haber recordado a los escépticos quién es el mejor