“¡El jueves échale huevos!”
La Real se regala un trámite en vísperas de una ‘final’ para la que la afición le pide que mueran en el intento
Sea por hastío o por firme compromiso con los colores, la matinal de ayer en Anoeta corroboró que la afición de la Real no pide en exceso. La temporada es mala y, pese a todo, apenas se escucharon tímidas muestras de desaprobación. Ni siquiera cuando por megafonía se nombró a Eusebio Sacristán. Tenue música de viento entre un respetable dispuesto, cono casi siempre, a perdonar casi todo.
Lo que se regalaron los menos de 20.000 asistentes al estadio (otra vez) fue una plácida mañana. Por segunda jornada consecutiva en Anoeta, visitó Donostia uno de los peores equipos de la categoría (el anterior fue el Depor) y la Real lo aprovechó para pegarse el segundo homenaje liguero consecutivo en casa. Ocho goles a favor y cero en contra, dice el balance matemático. El balance cualitativo dice que es intolerable que la Real haya estado pendiente de este tipo de rivales. Pero hasta antes de ganar ayer, lo estaba. Es hora de despegar y mirar hacia arriba.
Con lo que no traga el aficionado es con la pasividad, la dejadez.Y por eso, el tercio final del partido, con la victoria a buen recaudo, lo dedicaron a trasladar a los futbolistas un nítido mensaje: “¡El jueves échale huevos!”. Todos quieren que la Real se clasifique para
octavos de final de la Europa League pero lo que sobre todo quieren es que el equipo muera en el intento.
Las bases morales y actitudinales del viaje a Austria, por tanto quedaron sentadas ayer en un partido cómodo y aburrido, por sencillo. Ahora queda desarrollar el plan de ataque. Eso queda en manos de Eusebio. Tendente, presa de la desesperación, a demasiados experimentos en las últimas jornada, aunque el nivel del Levante obliga a extraer las conclusiones con prudencia, el técnico recibió ayer varios mensajes claros. Para empezar, la defensa que logró dejar la puerta a cero por primera vez después de San Mamés lo volvió a hacer ayer por segunda jornada consecutiva en casa. No es un mal punto de partida. Además, el proscrito, por fases, Juanmi, ratificó que pocos como él para el gol en la plantilla. Y además, en la jornada en la que se perdió a Xabi Prieto para la causa, se unió a la misma un Agirretxe titular por primera vez desde hace 26 meses y que demostró un óptimo estado de revista. Por si fuera poco, el sustituto del capitán, Canales, ofreció uno de sus mejores partidos desde que es jugador de la Real. Si a eso le añadimos el trabajo sin descanso de Oyarzabal y que, sin estar en su mejor versión, Illarramendi y Zurutuza son un valor seguro, queda poco margen para la inventiva.
Faltan 14 partidos para terminar la Liga. Tiempo suficiente para maquillar la temporada. Y la Real se la juega en Europa el jueves. Puede que el partido contra el Levante fuera un trámite pero sirvió para que la grada transmitiera lo que espera de ellos: “¡El jueves échale huevos!”
Las bases morales del viaje a Austria quedan sentadas en un partido sencillo