E hizo el Barça en diez días

Thomas Heurtel levantó el trofeo que acredita al Mejor Jugador de la Copa 2018 pero la verdad es que el MVP del torneo no fue otro que Svetislav Pesic. Pocas veces un cambio en un equipo produce un efecto tan radical como el conseguido con la llegada al banquillo del Barça del entrenador serbio en sustitución de Sito Alonso. Dice el libro del Genesis que Dios hizo el mundo en siete días. A Pesic le ha costado tres más hacer que el Barça haya pasado de vivir la peor temporada de su historia a ganar uno de los tres grandes títulos en juego cada año, de los que estaba apartado desde la Liga Endesa 2013-14.

Que el Barça Lassa no era tan malo como marcaban sus resultados lo sabíamos todos. Pero el equipo había entrado en una espiral negativa y necesitaba con urgencia un ‘reset’. Y ahí Pesic ha estado magistral. Para empezar, logró convencer a sus hombres de que el pasado ya no contaba para nada. “Hoy no empezamos una nueva etapa sino una nueva temporada”, dijo el serbio en su presentación. Y debió grabar a fuego el mensaje en sus jugadores, pues estos lo han repetido casi con las mismas palabras los días posteriores.

En segundo lugar, Pesic ha logrado que todos se sientan importantes... a pesar de haber reducido la rotación pues la Copa no es lugar para dosificar sino para ganar. Y, por último, ha devuelto al equipo a los básicos del baloncesto. Nada de sistemas complicados. Con tan poco tiempo había que agarrarse a las cosas sencillas. Lo resumió muy bien hace unos días el periodista Chema de Lucas. “El Barça antes trataba de hacer raíces cuadradas sin saber sumar y restar. Ahora hace sumas y restas, y las hace muy bien”, escribía.

Ó scar Lata, ayudante de Sito Alonso, sugería el sábado que el equipo les había hecho la cama. Sea o no verdad, lo cierto es que el Barça necesitaba un electroshock para salir del coma y la llegada de Pesic no podía haber tenido un impacto mejor