Sin coches en el garaje del Barça
Los azulgrana volvieron a ganar en la final, ante el potente Real Madrid, la batalla por el rebote y lucieron de nuevo un gran juego de equipo
Aquella famosa frase que dijo Svetislav Pesic hace poco más de una semana en su presentación como nuevo entrenador del Barça de que un jugador que tiene tres coches en el garaje no va a ir al rebote ofensivo, una forma muy particular del técnico serbio de indicar que la intensidad y el deseo son innegociables, ha tenido su fiel reflejo en los partidos que ha disputado el equipo azulgrana en esta Copa del Rey. En todos ellos el Barça ha capturado más rebotes en ataque que su adversario. En los tres. También en la final, conquistada ante el Real Madrid tras batirle por 90-92. Es un simple dato, pero es significativo. Estos jugadores, los mismos que habían dado tan mala impresión en la primera mitad de la temporada, totalmente oscurecidos por una mala dinámica interna, reivindicaron a lo grande su calidad y su capacidad de conformar un grupo ganador en esta edición disputada en Las Palmas de Gran Canaria. La resurrección ha sido fulgurante y pocas veces se había visto a un equipo pasar de cero a cien de forma tan rápida. El Barça, en definitiva, ha vuelto.
Sin embargo, adjudicarlo todo a eso de los coches en el garaje, es decir, a las ganas sería también injusto. El Barça, en general, ha jugado de forma más que notable en esta Copa del Rey, mérito de la calidad de sus jugadores, que en ocasiones esta temporada se había puesto en duda, y también de la gestión de Pesic, que en poco más de una semana ha sido capaz de aportar el rumbo y tranquilidad necesarios.
Que el Barça tenía mucho que decir en esta final se vio ya desde los primeros minutos. A pesar de un primer tirón del Madrid (21-13), la impresión era que el ritmo iba más de acuerdo con lo que le interesaba al combinado azulgrana, que recuperó terreno bastante rápido y se colocó por delante (29-30). El conjunto barcelonista ya daba muestras de dominar bien el rebote y no dejaba correr a su rival (sólo tres puntos encajados en contraataque y sólo 2 de 10 triples encajados en la primera mitad).
18 puntos de diferencia
El Barça dio un tirón letal en el inicio de la segunda parte. Sólido y concentrado, el equipo azulgrana llegó a acumular una renta de 18 puntos (40-58) frente a un combinado ‘blanco’ que no acababa de encontrar la llave que abría su característico juego rápido y dinámico. En esos momentos se vio a un conjunto madridista abrumado. Bastaba mirar la pasión de los jugadores del banquillo azulgrana, tanto los que habían jugado como los que sabían que no iban a jugar, para darse cuenta de que estaban totalmente embalados.
Pablo Laso, técnico del Madrid, intentó acelerarlo con una presión a toda pista que creó muchos problemas al Barça. Dos triples de Trey Thompkins llevaron la incertidumbre a las filas del conjunto azulgrana (90-92, a falta de 11 segundos), pero el Madrid no acertó en sus últimos intentos de lanzamiento y el equipo azulgrana salió vivo, coleando y con un título que supone una bocanada de oxígeno tras unos años de auténtico ahogo