FIESTA Y RESACA
El Madrid estropea la celebración del éxito copero del Barça con una victoria contundente Los blancos ya ganaban de 20 en el primer cuarto y no permitieron al rival entrar en el duelo
El Real Madrid no sólo no hizo el pasillo al campeón de Copa sino que su visita al Palau Blaugrana la aprovechó para estropear en la medida de lo posible la fiesta del Barça. Los blancos lo hicieron demostrando en 40 minutos todo lo que sus miedos les impidieron en Las Palmas, hace apenas cinco días, dejando sin opción a un rival que desde el inicio luchó, sin éxito, por entrar en el partido.
Privado de tres piezas fundamentales en el éxito copero como Ribas, Sanders y Oriola (por lesiones o enfermedad), el Barça estuvo bien lejos de aprovechar la inercia del torneo copero y se mostró como un equipo cansado y por momentos con ciertos complejos. Y eso ante el talento de un Madrid que va recuperando efectivos, se acostumbra a pagar caro.
La ventaja mental que le daba llegar a la Copa como ‘tapado’, concediendo la etiqueta de favorito a los rivales, se esfumó en un partido de fase regular en la que el Madrid se jugaba más. Por suerte para los de Pesic, noches así (con el equipo ya defenestrado en Europa) no comportan consecuencias graves en la temporada. Y menos ahora.
Con Carroll (18) como estilete y un 44% de acierto en triples, los blancos mostraron una versión arrolladora en el Palau tomándose una venganza fría sobre su eter- no rival y mostrando más recursos y concentración.
El primer cuarto fue definitorio y determinante de lo que iba a ocurrir luego en un coliseo azulgrana abarrotado, que no dejó de apoyar al equipo pese a las diferencias. Con Carroll en ‘trance’ anotador, Tavares dominando bajo los aros y Anthony Randolph imparable para Claver, el Madrid aceleró hasta el 10-30 del arranque. Los puntos anotados por los blancos daban la medida de un partido con ritmo y defensas de dudoso calibre, algo bien distinto a lo visto en la final de Copa.
El Barça tardó más de tres minutos en anotar su primera canasta y en medio cuarto apenas había sido Heurtel el que había logrado convertir alguna.
La entrada de Edwin Jackson en el segundo cuarto no cambio demasiado el panorama si bien la hemorragia pudo frenarse por momentos. Doncic, esta vez saliendo del banquillo, no acabó encontrándose cómodo y el Barça se dio cuenta de que tenía que embrutecer
un poco el choque para tener opciones.
Hubo un atisbo de reacción que hizo pensar en que los azulgrana entraban en el partido cuando Navarro logró un dos más uno en transición que colocó el 33-43. La reacción blanca, sin embargo, fue fulminante con un triple de Campazzo y una bandeja de Taylor en contraataque para coloar el 35-52 al descanso.
Si había alguna opción de ver al Barça más cerca, bien pronto se esfumó: canastas de Randolph, Campazzo y Carroll sin contestación dispararon las diferencias de forma definitiva, en el tercer cuarto más allá de los 25 puntos y en el último ya superando los 30.
Un marcador demasiado doloroso para un campeón cansado al que le queda mucho trabajo por delante para recomponerse y luchar por el siguiente reto realista: la Liga. Capacidad para lograrlo ya la ha demostrado