“Tenía miedo de hacer el ridículo”
Oier Artola, goleador del Beasain en Azkoitia, regresó en enero al conjunto vagonero año y medio después de retirarse del fútbol
Como si el tiempo no hubiera pasado, Oier Artola vuelve a ser noticia en el Beasain. Al término de la temporada 15/16 decidió colgar las botas, pero año y medio después ha vuelto a vestir la elástica vagonera. Y con excelente resultado, marcando en su segundo partido. Un tanto que permitió iniciar la remontada ante el Anaitasuna el pasado fin de semana -el encuentro finalizó con empate a dos, pero marchaba 2-0 en el minuto 70-. Atiende a MD para contarlo.
A sus 32 años, el fútbol le ha dado una segunda oportunidad. Por “motivos laborales” y “falta de motivación” puso punto final a su trayectoria con 30 años. “Trabajaba los fines de semana, no tenía mucho tiempo por las tardes...”. Argumentos suficientes para dar por finalizada su vida deportiva.
Sin embargo, “a finales de 2017, viendo la situación del Beasain, que necesitaban delanteros, me comentaron para empezar a entrenar”. El gusanillo de volver a saltar a un terreno de juego volvió a motivarle. “Tampoco fue algo instantáneo. Les dije que empezaría a entrenar para ver cómo reaccionaba mi cuerpo después de bastante tiempo. Pronto me dijeron para hacer la ficha”, ya que el cierre de mercado estaba encima.
Poco tiempo después ha marcado su primer gol, confirmando que la decisión fue la correcta. Las sensaciones son excelentes, pero “las primeras semanas fueron duras. Mi cuerpo se vaciaba, mis piernas no reaccionaban. Era un querer y no poder”. Artola se ha machacado para coger la forma “y en los dos últimos partidos se ha visto que se puede sacar algo provechoso” de su esfuerzo. No olvida que en los primeros entrenamientos “me sentía perdido, pero trabajando en el gimnasio, cogiendo fuerza muscular... La mente y el cuerpo ahora van más unidos que al principio”, reconoce Artola.
El debut en esta nueva etapa fue especial. “No sabía si iba a estar capacitado ni qué nivel habría. Tenía miedo de hacer el ridículo”, extremo que pronto se descartó. Por el momento formará parte del grupo hasta final de temporada. “Si tengo que jugar 10 minutos, bien; y si tengo que estar en la gra- da, también”, señala el futbolista del cuadro beasaindarra.
El equipo es una piña
Si algo destaca Oier Artola del vestuario del Beasain es que “es una piña”. Una unión que se nota especialmente en los malos momentos, cuando los resultados no terminan de llegar.
No obstante, “se notaron las bajas de Kaxe y Alberdi, nos costó reaccionar”. La fórmula para salir del bache era bien sencilla: “Trabajo y humildad”.
Una nueva aventura para Oier Artola, un trayecto ya conocido. Una motivación extra para un futbolista de 32 años que quiere volver a ser importante en el Beasain. Sus primeros pasos así lo confirman