Williams, un histórico en apuros
La escudería de Grove perderá su patrocinador principal, Martini, al final de 2018
La Fórmula 1 no pasa por su mejor momento y Liberty Media (propietarios de la competición) trabaja sin descanso en busca del camino correcto para devolverle el prestigio y seguimiento histórico a un negocio que durante décadas fue uno de los mejores escaparates para que las grandes marcas llegaran a la gente. Sinónimo de tecnología, lujo, glamour, calidad, eficiencia y una fábrica imparable de iconos e ídolos que en los últimos años ha visto como poco a poco, iba perdiendo protagonismo al no adaptarse a un mundo que nunca dejó de cambiar. En ese contexto, los patrocinios de las grandes firmas, cruciales para la subsistencia y éxitos de los equipos, han ido decreciendo a marchas forzadas y el claro ejemplo de dicha decadencia lo vive hoy en día un equipo emblemático como Williams, que ayer anunció la pérdida de su sponsor principal, Martini, a finales del 2018.
Jarro de agua fría para los aficionados del equipo de Grove, mítica escudería británica que mira con nostalgia aquellos años en los que llegaron a dominar la F1 con pilotos de la talla de Alan Jones (1980), Keke Rosberg (1982), Nelson Piquet (1987), Nigel Mansell (1992), Alain Prost (1993), Damon Hill (1996) y Jacques Villeneuve (1997). Lejos de la lucha por las primeras posiciones durante demasiado tiempo, los ingleses viven una época complicada en la que han pasado a poner a disposición de los millones un proyecto que a base del sudor, esfuerzo y las peripecias de su fundador Frank Williams alcanzó lo más alto ante la sorpresa de todos.
El momento de necesidad que vive la firma afecta directamente a su estrategia deportiva. No sólo hace que las evoluciones a final de campaña, año tras año, sean prácticamente nulas, haciendo que su rendimiento disminuya a medida que pasa la temporada en relación a sus competidores. También afecta directamente a su formación de pilotos. Considerado como uno de los 4 grandes equipos históricos de la F1, hace unas décadas sería impensable que sus dos pilotos fueran tan inexpertos como los actuales. Y es que en Grove se vieron obligados a aceptar con una enorme sonrisa el dinero de Lance Stroll la pasada campaña y a fichar a Sergey Sirotkin un año después por el fuerte apoyo económico que recibe el ruso de la entidad financiera SMP.
En este último caso, los millones pasaron por delante de una auténtica historia de superación como la de Kubica (el otro candidato), uno de los últimos grandes talentos que ha dado la F1 y que un accidente estuvo a punto de dejarle sin volver a pilotar un monoplaza de carreras. Y en ese contexto, llegó un duro golpe, la pérdida de su sponsor principal.
Un año para buscar ayuda
El adiós de su Martini supone un gran problema para Williams, sobre todo teniendo en cuenta la dificultad que por ejemplo está teniendo McLaren para encontrar un sponsor principal o que Ferrari no pudiera renovar su acuerdo con el Banco Santander.
En este sentido, Zak Brown, di- rector ejecutivo de McLaren, pese a ser considerado uno de los grandes ‘gurús’ actuales del marketing, no ha conseguido todavía firmar el es- perado contrato con una gran mar- ca, aunque sí lo ha hecho con 5 pa- trocinadores menores para esta temporada, sacando incluso pecho por ello. “Nadie ha conseguido más patrocinios este año”, aseguró el estadounidense. Pero lo cierto es que el MCL33 lucirá esta temporada muy limpio a falta de una firma potente que apueste por el naranja pa- paya.
Por ello, Claire Williams, jefa del equipo e hija de su fundador, fue cla- ra ayer en Montmeló: Hay que cam- biar las reglas para que la F1 vuelva a ser llamativa para la inversión de grandes firmas. Hemos trabajado mucho para que la Fórmula 1 no atraiga tantos patrocinadores como antes. Creo que necesitamos traba- jar más duro como colectivo para volver a ser realmente atractivos”, comentó. Algo nada fácil en un ‘cir- co’ en el que sus integrantes no con- siguen ni ponerse de acuerdo en cambiar una fecha de test. Queda mucho por hacer y Claire deberá lu- char como lo hacía su padre Frank en sus complicados inicios como preparador de coches para mante- ner a flote a su segunda familia
Los británicos necesitan encontrar otro apoyo económico para no sufrir
El mítico equipo ya tuvo que ‘vender’ sus dos asientos actuales por pura necesidad