LA ÚLTIMA OVACIÓN A QUINI
El Molinón albergó un emotivo funeral a la altura del mito y cerró una jornada de duelo del fútbol Colas que dieron la vuelta al estadio para decirle adiós al goleador en el césped de su vida
“¡Ahora, Quini, ahora!”. El grito de guerra con que El Molinón le pedía hace décadas a su mejor goleador de siempre que le arreglara un marcador volvió a hacer temblar los cimientos del estadio por última vez. Un funeral en el césped culminó una emotiva jornada de duelo tras la repentina muerte de Enrique Castro ‘Quini’ la noche del martes, a causa de un infarto. Tenía 68 años.
Desde la mañana de ayer, la capilla ardiente del ‘Brujo’ que le dio la mayoría de sus goles al Sporting y que marcó otros muy importantes en las cuatro temporadas que jugó en el FC Barcelona, fue un continuo reguero de aficionados que quisieron darle su última adiós a Quini. Paisanos, ex compañeros y antiguos rivales desafiaron la lluvia y el
frío para tributarle su última dedicatoria y los aledaños del estadio, alrededor de la puerta 9, se convirtieron en un santuario improvisado para el ‘heptapichichi’. Hubo minuto de silencio en el Ayuntamiento y se decretaron tres días de luto en Gijón. Coronas de un sinfín de clubs homenajearon al crack que se fue. No faltó la delegación del Oviedo, con sus capitanes y su entrenador, Anquela. Hubo nutrida presencia del Barça y el Real Madrid estuvo representado por Butragueño. En la distancia, Ernesto Valverde, técnico del Barça, valoró como “significativa la reacción de todo el mundo del fútbol con Quini”. Y Pep Guardiola, hoy entrenador del City, se basó en lo que le explicaron en el Barça “Alexanco, Luis Enrique o Abelardo sobre Quini para confirmar que fue un jugador que ayudó al fútbol español a ser lo que es hoy”.
Por la noche, a las ocho, las gradas del recinto que a partir de ayer también llevará su nombre albergaron una ceremonia a la altura del mito. Gijón respondió como a veces se ve en esos estadios británicos cuando recuerdan a sus leyendas. El féretro de Quini, cubierto con la bandera del Sporting, presidió en la cancha una ceremonia oficiada por el párroco sportinguista Fernando Fueyo. Antiguos compañeros del gran Sporting de los 70 -Redondo, Cundi, Jiménez, Maceda, ...- y del Barça -Alexanko, Rexach, ‘Tente’ Sánchez y Lobo Carrasco- estuvieron en el homenaje. Luis Enrique, referente compartido del Sporting y del Barça y gran amigo de Quini, también. El funeral dejó lágrimas y silencios sepulcrales, pero también ovaciones, aplausos y el célebre “¡Ahora, Quini, ahora!”. Su esposa Mari Nieves, y sus hijos Lorena, Jorge, Enrique y Óscar confirmaron lo que siempre despertó el ‘Brujo’: unánime admiración. Pasadas las nueve, mientras El Molinón cantaba el himno del Sporting, el féretro del gol emprendía su último camino hacia el túnel de vestuarios